Eduardo Coudet, un técnico entre la cordura y la locura, dirigió su último partido en Central, en la final que perdió ante River. El Chacho demostró grandes capacidades al frente de la dirección técnica de Central, y aunque -de manera injusta- no lo pudo coronar en ningún frente, consiguió dos subcampeonatos y llevó a Central a lo más alto del fútbol argentino.

Coudet impuso su sello distintivo y sorprendió al mundo del fútbol. Con un estilo de juego ofensivo, mucho más pragmático que metódico, rompió moldes establecidos y llevó al Canalla, club de sus amores, a lo más alto del plano nacional.

El Chacho es de esos técnicos que no se encasillan con una única idea: sabe cambiar a tiempo cuando la situación lo requiere, estudia cada partido como una historia diferente y se para en el medio de la grieta, mirando para su derecha a Menotti y para la izquierda a Bilardo. Es que prioriza tanto la estética como los resultados. Coudet metió los conceptos en una licuadora, extrayendo lo mejor de uno y otro, forjando una idea superadora que llevó a la práctica con Central, cuando nadie le daba un peso.

Gran táctico como indica la doctrina bilardista, no obstante, sabe exprimirle jugo a las piedras como el conceptualismo menottista. A fuerza de trabajo y dedicación, consolidó las bases de un equipo fuerte al que nadie quería enfrentar.

Si vamos a los números, aunque son lo menos importantes de su legado, podremos encontrar que el Chacho dirigió 81 partidos al Canalla, entre campeonatos, copas nacionales e internacionales. Ganó 37, empató 26 y perdió 18. Tiene 118 goles a favor y 77 en contra, lo cual marca una diferencia a favor de 41 goles.

En sus dos años al frente del banquillo auriazul, llegó a altas instancias de casi todo lo que jugó, alcanzando dos finales de Copa Argentina, los cuartos de la Copa Libertadores y siendo serio candidato al título local en dos campeonatos largos.

Coudet contagió locura a sus jugadores, pero siempre en el marco del amor propio y el respeto. Así, fortalece a sus dirigidos con una idea de juego sólida que dio los resultados. La historia recordará al Chacho como un gran técnico. Su legado quedará…