“Mis antepasados se revolverían en sus tumbas”, fue la frase que recorrió los titulares de todos los periódicos de Gran Bretaña y el mundo. Howard Gayle es un ex futbolista y uno de los máximos referentes en la lucha contra el racismo en el fútbol, y en los últimos días su nombre comenzó a resonar con fuerza luego de que rechazara ser Miembro de la Orden del Imperio Británico (MBE), el máximo reconocimiento que puede tener una persona en el Reino Unido.

Para empezar, el MBE se trata de una orden de caballería fundada por el rey Jorge V el 4 de junio de 1917 para premiar el trabajo de militares y civiles en apoyo a las fuerzas armadas. Hoy día se otorga a quienes contribuyeron de forma notable en sus áreas específicas y constituye uno de los mayores reconocimientos de Reino Unido, siendo designado cada uno de sus miembros por la reina Iasbel II, soberana de la Orden.

En agosto, Gayle fue nombrado miembro por combatir el racismo en el fútbol, pero el futbolista, que hoy tiene 58 años, rechazó el nombramiento y hasta explicó que se le debería cambiar el nombre, eliminándole «imperio» del mismo. De igual manera, apuntó a los clubes de fútbol, señalando que deben hacer un mayor esfuerzo para terminar con la homofobia del fútbol.

En su cuenta de Facebook, Howard Gayle escribió: «La mayoría de los que me siguen conocen el trabajo que hago contra el racismo en Show Racism The Red Card («Saca tarjeta roja al racismo»). Es por ese trabajo precisamente que fui nominado a la Orden del Imperio Británico. Desafortunadamente tengo que declinarlo porque mis antepasados se revolverían en sus tumbas por cómo el imperio y el colonialismo les esclavizó».

«He tomado la decisión y sé que otros actuarían de forma diferente, atraídos por la idea de ser un Miembro del Imperio Británico y de tener esas iniciales tras su nombre, pero yo siento que sería una traición a todos los africanos que perdieron la vida, o que sufrieron por culpa del Imperio», continuó el ex futbolista del Liverpool.

Luego, en una entrevista a la BBC insistió en que: «Si quieren ser inclusivos y aceptar (en la orden) a la gente negra de Reino Unido y de la Mancomunidad de Naciones, entonces deben cambiarle el nombre”, ya que por el momento «ser MBE es ser parte de un club exclusivo».

«Me escribió mucha gente de todo el mundo para decirme que aceptaban mi decisión y que el título de Miembro del Imperio Británico les dolía», concluyó.

En su paso como futbolista, Gayle inició su carrera profesional en el Liverpool, el equipo de su ciudad natal, un club nunca antes había jugado un futbolista negro, en 1977. Más tarde jugó en el Fulham, el Newcastle United, el Birmingham City, el Sunderland, el Stoke City, los Blackburn Rovers y el Halifax Town.

Según la BBC, al recordar los primeros años de su carrera, Gayle dijo que los comentarios racistas «eran la norma, algo que había que aceptar y que no se enfrentaba», algo que los gobiernos de la época no trataron de erradicar. «El fútbol actual hace más que cualquier otra entidad para erradicarlo», añadió, “pero debe hacer aún más para eliminar otros tipos de prejuicio”.

«La homofobia es un problema y estamos trabajando contra ello en nuestros programas. Mucha gente sigue viviendo en una época oscura y piensa que la sexualidad se escoge, que se puede elegir ser homosexual o heterosexual. Nuestro mensaje es que eso realmente no tiene importancia», finalizó.