Por Pablo Martínez 

Fue un clásico fantástico, los dos entregaron absolutamente todo, un partido que tuvo todos los ingredientes de una final, se jugó con los dientes apretados, hubo jugadas de peligro para todos los gustos y el Albo se quedó con la victoria, gracias a la efectividad de la etapa inicial y a la inteligencia del complemento; el Charrúa careció de poder de fuego y fue de mayor a menor, para quedarse con las manos vacías.

Todo lo que se esperaba del derbi se pudo ver esta tarde en el Gabino Sosa, tuvieron que pasar casi dos décadas para que se volvieran a enfrentar y entregaron un gran espectáculo, con y sin lluvia, el juego tuvo intensidad y muchas jugadas de peligro, el 2-0 quedó corto, pudo haber sido un 3 a 3, faltó definición, principalmente en el Charrúa.

El Matador de Tablada dejó todo en el primer tiempo, fue protagonista, le ganó el duelo al Sala en la zona media, tuvo tenencia y volumen de juego, con Piccinini como abanderado del ataque generó claras oportunidades para desnivelar pero careció de contundencia, faltó el pase a la red, el nueve tuvo un par de ocasiones, Lechner se lo perdió debajo del arco, no pudo Mustachi, tampoco Príncipe ni Duré antes del descanso.

El Sala aguantó y esperaba agazapado para armar una contra letal, se notaba endeble el Charrúa atrás, porque los hombres de ataque de la visita quedaban mano a mano con los defensas del local.

Hasta que llegó el golazo de Diego Aguirre y todo cambió, el Sala que prácticamente no había llegado al arco rival, se encontró con la ventaja y el Charrúa que había hecho el gasto estaba en desventaja y con la obligación de ir a buscar.

Pero el clásico siguió entregando sorpresas, todo hacía pensar que Central Córdoba iba a ser el único protagonista, un monólogo, sin embargo nada de eso sucedió, Argentino le arrebató el dominio de la pelota, clausuró el sector izquierdo con el ingreso de Emiliano Fernández y con un juego pragmático contó con dos chances claras para cerrar el partido, en los pies de Juan Cruz Vega, que increíblemente desperdició una entrada a la carrera que se fue junto al palo izquierdo y un mano a mano que intentó definir por arriba de Colombo y la pelota se fue por arriba del travesaño.

Córdoba se quedó sin reacción, no tuvo el control del primer tiempo, así y todo, intentó con remates de media distancia que encontró al Gato Fernández siempre bien parado bajo los tres palos del Albo.

El ingresado Avalos liquidó el pleito cerca del final y ya no hubo tiempo para más, Argentino se quedó con el clásico, aprovechó la que tuvo en el primer tiempo, fue inteligente en el complemento y lo ganó con justicia para alegría del pueblo Salaito.

Central Córdoba se quedó con el sabor amargo de no meterla en su mejor momento, fue de mayor a menor y no tuvo ideas para revertir un resultado adverso, que era mínimo pero que no pudo hacer frente.

Un clásico espectacular, por el marco de público que colmó todo lo que estaba habilitado en el mítico Gabino Sosa, por la lluvia torrencial que le dio un tinte especial al juego y por las emociones que regalaron unos y otros.