El 19 de mayo de 1983, Rosario Central eliminó a Newell’s del Nacional, tras derrotarlo por 2 a 0, y cerrar la serie, después de haber empatado en la ida, 0 a 0 en el parque. Los goles de aquel clásico, fueron convertidos por Darío Campagna y Sergio Scalise, en el tramo final del partido.

El elenco de Arroyito, era dirigido por Cayetano Rodríguez, y formó con: Carlos Rodríguez; Juan Carlos Ghielmetti, Sergio Céliz, Jorge Balbis, Alfredo Killer, Miguel Ludueña, Darío Sperandio, Darío Campagna, Gerardo González; José Iglesias y Claudio Scalise.

La Lepra con la conducción de Juan Carlos Montes, alistó a: Víctor Civarelli; Francisco Azzolini, Juan Simón, Jorge Pautasso, Carlos Macat, Juan Acosta Silva, Gerardo Martino, Carlos Picerni, Santiago Santamaría; Víctor Ramos y Sergio Almirón.

El autor del segundo tanto Canalla, Claudio Scalise, dialogó con Conclusión y rememoró aquel partido: «En el año 83, cuando eliminamos a Newell’s, fue una alegría enorme, el primero lo hizo Campagna y yo pude hacer el segundo. Recuerdo la jugada del gol, tras un desborde de Gerardo González por derecho, anticipo a Simón y se la toco para arriba al arquero Civarelli, verdaderamente una alegría para la gente, haber dejado en el camino al eterno rival de siempre».

«Era una satisfacción personal porque ese año, hice tres goles contra Newell’s, dos por el campeonato y uno en el Nacional. El año 83 tiene un sabor especial, porque había transcurrido un año que yo estaba bajo bandera por la guerra de Las Malvinas, algo que no se puede olvidar y que llevo siempre en mi corazón».

Por último, Scalise explicó sus sensaciones cuando se juega un clásico, al decir que: «Desde que dejé de jugar, y ver los partidos desde afuera, se me hace muy estresante, porque uno dentro de la cancha, sabía de sus condiciones y podía resolver situaciones, y hoy desde afuera, ya depende de los que entran a la cancha, espero el resultado, me aislo completamente y cuando ya esta el resultado puesto me tranquilizo».

«Uno que nació en Rosario, eligió los colores de su vida, porque la institución me formó como persona y después como jugador, más aún cuando pude conseguir la gloria, por eso es muy difícil poder soportar 90 minutos, en un encuentro que uno no puede participar dentro de la cancha».