Por Fabrizio Turturici

Central sigue en caída libre. La goleada en Florencio Varela profundizó su crisis futbolística, en un partido donde no tuvo juego ni rebeldía. Si el entrenador Leonardo Fernández se hallaba en la cuerda floja, ahora su futuro está sentenciado.

Entre barro y charcos, la iniciativa del encuentro fue tomada por el Halcón de Varela, ante un Canalla con buenas intenciones de trato con la pelota, haciendo valer su poblado mediocampo en favor de la lateralización y búsqueda de espacios, aunque sin profundizar.

En este sentido, la puntada final seguía siendo una cuenta pendiente y Defensa, que se exhibía más ambicioso en lo concreto, pudo abrir la cuenta mediante un tiro libre de Tomás Pochettino y comenzó a delinear el decadente futuro canalla.

A Central le faltaba la movilidad y el desmarque que justamente practicaba su contrincante. Hasta entonces, desarrollaba un fútbol inofensivo y Néstor Ortigoza, quien debía ser la manija del equipo, no podía manejar los tiempos ni gravitar en la generación de juego.

Un factor determinado -e inexplicable- del partido fue cómo los volantes del Halcón le ganaban las espaldas a sus pares canallas, que en el retroceso funcionaban todos en línea, sin meterse entre los centrales ni alternar en el escalonamiento.

Central se fue al vestuario del entretiempo sin haber pateado al arco, una realidad más que preocupante de cara al segundo tiempo. Sin embargo, Fernández prefirió demorar las variantes más razonables: un acompañante para Ruben en la ofensiva, un atrevido como López Pissano o un Camacho que pueda romper de afuera cuando no se abran los espacios.

A falta de media hora para el cierre, Germán Herrera ingresó por Pereyra para la terminación de las jugadas. Es que Central había ganado el mediocampo, pero su posesión era de carácter intrascendente y apostaba a unos pocos chispazos de Carrizo.

La desgracia auriazul se concretó por un grosero error del arquero Jeremías Ledesma, que permitió el 2-0 en los pies de Fabián Bordagaray y profundizó la crisis del club de Arroyito, que no encuentra la salida y se termina hundiendo en el actual campeonato.

Por si fuera poco, la goleada terminó de ser redondeada por Ciro Rius, en una maniobra desafortunada para el defensor Paulo Ferrari. Y de poco sirvió el gol del descuento de Germán Herrera, que ni se festejó en el banco de suplentes de Central.

Al final, la rebeldía rosarina siempre brilló por su ausencia. Un equipo desganado y volcado en la cancha, carente de ideas para buscar la victoria y que da todas las sensaciones de fin de ciclo. Un fiel reflejo de esto son los resultados, esos mismos que respaldaban la campaña de Leo Fernández al principio y que ahora se le dieron vuelta como una tortilla.

Síntesis

Defensa y Justicia (3): Ezequiel Unsain; Nahuel Molina, Alexander Barboza, Lisandro Martínez y Christan Almeida; Andrés Cubas, Mariano Bareiro y Tomás Pochettino; Ciro Rius, Fabián Bordagaray y Horacio Tijanovich. DT: Juan Pablo Vojvoda.

Rosario Central (1): Jeremías Ledesma; Paulo Ferrari, Fernando Tobio, Mauricio Martínez y Alfonso Parot; Joaquín Pereyra, Néstor Ortigoza, Leonardo Gil y Maximiliano Lovera; Federico Carrizo; Marco Ruben. DT: Leonardo Fernández.

Goles: 7′ Tomás Pochettino, 67′ Fabián Bordagaray y 86′ Ciru Rius (DyJ). 89′ Germán Herrera (RC).

Árbitro: Ariel Penel.

Estadio: Norberto Tomaghello.

Foto: Fotobaires.