«A falta de factores atenuantes convincentes, tenemos la intención de rescindir su contrato», escribió Rugby Australia al día siguiente de que el jugador publicara el siguiente mensaje en las redes sociales: «Borrachos, homosexuales, adúlteros, mentirosos, fornicadores, ladrones, ateos, idólatras; el infierno les espera ¡Arrepiéntanse! Solo Jesús puede salvarles».

Folau, ferviente cristiano evangelista, ha firmado probablemente el final de su carrera internacional con esta nuevo comentario discriminatorio.

El jugador (30 años, 73 partidos con los Wallabies), que se había opuesto a la legalización del matrimonio homosexual en su país, adoptada a finales de 2017 por el parlamento, había ya puesto a Castle en una situación embarazosa publicando un mensaje de carácter homófobo hace un año, en abril de 2018, afirmando que el infierno espera a los homosexuales si no se arrepienten de sus pecados.

La federación australiana había mostrado entonces su desacuerdo con el jugador, que se desempeña como fullback o wing, pero sin sancionarlo.

Folau había reincidido un mes más tarde colgando un video en el que un evangelista estadounidense mostraba su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo, hablando de «perversiones sexuales indescriptibles».

Reincidente

«Por una parte, cada uno tiene derecho a expresar su opinión, sea religiosa o de otro tipo, y por otra está la cuestión de saber si se hace de una manera respetuosa o no», declaró entonces Castle.

Folau, que se convirtió el pasado fin de semana en el máximo anotador de tries la historia del Super Rugby (60), había ampliado a principios de febrero su contrato con la federación y con los Waratahs, hasta finales de 2022.

Un contrato que la federación y los Waratahs, el equipo de Nueva Gales del Sur en el que juega Folau, van a romper.

En un comunicado común, la federación y la provincia explicaron: «Si Israel tiene derecho a tener sus convicciones religiosas, la manera con la que las expresa no es compatible con los valores de este deporte».

La nueva salida de tono de Folau también ha encontrado la reprobación de la compañía aérea australiana Qantas, patrocinadora de los Wallabies, cuyo patrón Alan Joyce es abiertamente homosexual y que condenó las palabras «verdaderamente decepcionantes».

La rescisión de su contrato representa un duro golpe para los Wallabies, lejos de las actuaciones que les permitieron ser finalistas del Mundial de 2015 y que se ven privados de uno de sus mejores elementos a pocos meses de Japón-2019, que se disputa del 20 de septiembre al 2 de noviembre próximos .