Rosarino, recordado y amado en su país, en España y en Chile, Vicente Cantatore logró hacerse un nombre entre los técnicos y futbolistas reconocidos del siglo pasado. Hoy, a los 85 años, falleció en la localidad española de Valladolid, donde era admirado por los hinchas por su paso como entrenador, en donde los salvó del descenso.

En sus últimos años padeció Alzheimer y se encontraba internado en una residencia para ancianos en la localidad vallisoletana de La Cistérniga al momento de su fallecimiento.

La noticia fue confirmada por el propio club español, que lo despidió con un «Muchas gracias por hacernos creer, don Vicente» y un sentido texto.

Gafas ahumadas. Cigarrillo a medio consumir. Manos en los bolsillos de la holgada parka. Ojos pequeños. Mirada grande y brillante. Semblante serio. Voz ronca que sienta cátedra. A sus espaldas, algunos de los episodios más relevantes de la historia de un Real Valladolid que hoy le llora y le homenajea.

Don Vicente no tenía doblez. Era como era. El fútbol le apasionaba y en su figura se mezclaban como una sola sus facetas de profesional y persona. Siempre recto. Siempre cercano. Siempre dispuesto a dar la cara por los suyos. Siempre orgulloso de ser el capitán de un barco, de su barco. Del mejor de todos.

Todos los que convivieron con el chileno destacan su fuerte personalidad y su increíble capacidad para motivar al futbolista. Un psicólogo deportivo antes siquiera de que se comenzara a plantear la necesidad de esa figura en el fútbol profesional. Un motivador mayúsculo capaz de hacer que el jugador siempre diera lo mejor de sí mismo por el bien del grupo.

Aquellos ojos brillantes, aquella mente lúcida y preclara, se han apagado poco a poco en los últimos años a causa de una enfermedad cruel que quiso robarle al profe todos sus conocimientos futbolísticos y vitales. Afortunadamente, nada será capaz de borrar la grandeza de Cantatore en la historia del Pucela.

Siempre en nuestros corazones. Muchas gracias por hacernos creer, don Vicente.

Nacido en Rosario el 6 de octubre de 1935 y nacionalizado chileno, Cantatore comenzó su carrera futbolística en las divisiones inferiores de Talleres Belgrano, club amateur de la Asociación Rosarina, cuando en 1955 pasó a San Lorenzo, debutando profesionalmente en Primera.

En Argentina, jugaría también en Tigre y Talleres de Córdoba, para luego pasar al fútbol chileno en Rangers de Talca, Santiago Wanderers y Deportes Concepción.

Más notable aún fue su carrera como DT, con una extensa trayectoria de casi 30 años dirigiendo en Argentina, Chile y España.

En nuestro país, su único club como DT fue Rosario Central, que lo dirigió en 1993. Luego, tuvo pasos por Lota Schwager, Audax Italiano, Cobreloa, Universidad Católica y Colo Colo en Chile, por Real Valladolid (tres etapas), Sevilla, Tenerife, Betis y Sporting en España y en el Sporting de Lisboa en Portugal. En 1984 se hizo cargo de la Selección chilena de fútbol.

En su paso por Central, fue el encargado de hacer debutar a jugadores como el actual técnico Cristian González, Pablo Sánchez, Horacio Carbonari, Gonzalo Belloso, José María Buljubasich o Diego Ordoñez.

En cuanto a sus títulos, como jugador logró la liga chilena en 1968, mientras que como técnico salió dos veces campeón de Primera División con Cobreloa, logrando también una Copa Chile con la U Católica y dos liguillas pre-Libertadores, una con cada equipo. En 1997 recibió el premio Don Balón al mejor entrenador del año.

Su fallecimiento provocó un gran pesar en el mundo fútbol, recibiendo despedidas de clubes que incluso no lo tuvieron entre sus filas, como el Real Madrid.