Los hinchas del Millo ya no tendrán más que pedirle al Muñeco, la historia riverplatense le tiene un lugar asignado para siempre, ganar un clásico y en una final de Libertadores. Marcelo Gallardo será un ídolo eterno en River, como Francescoli, Labruna, Alonso, Passarella, Ramón Díaz y tantos otros que hicieron grande a los de Núñez.

Nueve títulos consiguió el Muñeco desde que se calzó el buzo de DT, en el 2015, con un estilo de juego bien definido, con las buenas intenciones de atacar, de pensar en el arco rival. Desde los torneos locales hasta las competencias internacionales, Gallardo dejó un huella imborrable, consiguiendo los que pocos pueden alcanzar, la mística ganadora.

Nunca hay que darlo por muerto a River, una de las frases que se escuchó más de una vez durante la Copa, mucho más en las instancias finales. En Brasil parecía que se terminaba el sueño copero, pero afloró la guapeza ante el Gremio y se llevó el pasaje a la final.

Y en el partido más importante para los hinchas, desde lo sentimental, River demostró no darse por vencido nunca, reaccionando con Boca en los dos duelos, cuando logró evitar la derrota en la Bombonera y este domingo, lo trabajó hasta el final y se llevó todo, merecidamente.

Pero en este título, otra vez estuvo la mano del Muñeco Gallardo, que le transmitió tranquilidad a sus hombres en todo momento y con los mejores intérpretes volvió a levantar la Libertadores, siempre versátil, con pierna fuerte cuando era necesario y en otros momentos, exhibiendo la calidad intacta de algunos de sus muchachos.

Gallardo lo hizo de nuevo, volvió a cumplir con el club y con su gente, el Muñeco será un ídolo eterno.