Por Pablo Martínez

Según la corriente futbolística que uno elija, para algunos es importante la forma con la que se consigue un triunfo y para otros, ganar es lo único. Para los hinchas es ganar o ganar, máxime cuando los puntos son tan necesarios para escaparse del fantasma del descenso y que al mismo tiempo, te impulsan a pelear por un lugar en alguna copa (Libertadores o Sudamericana).

Queda claro que el elenco de Cocca está en deuda con su gente, que tuvo que alambrar hasta el final para disfrutar de una victoria que era indispensable, ante un rival directo de la zona roja. Pero también es cierto que en un contexto tan mediocre, el Canalla no escapa de la irregularidad futbolística reinante.

El gol de Ribas le dio tranquilidad al conjunto auriazul. Ese gol tempranero fue fundamental para que la visita asumiera la responsabilidad de buscar el arco rival, mientras que el Canalla esperaba y salía de contra.

Pero lo mejor que le pudo pasar a Central, fue enfrentar a un Gimnasia que exhibió limitaciones alarmantes, tuvo muy poco volumen de juego y una impotencia ofensiva, que facilitó el trabajo defensivo de los rosarinos.

El dueño de casa mostró poco, la voluntad inquebrantable de Fito Rinaudo, algunos destellos de Ciro Rius, y no mucho más.

Había que ganar y se ganó, se extendió la racha positiva en casa (15 de 15) para subir varios peldaños en la tabla del miedo. Además, la victoria sirve para meterse en la pelea por ingresar a la Libertadores, porque se ubica en el tercer puesto de la tabla, junto a Lanús y Argentinos Juniors (todos con 33 unidades).

La necesidad tiene cara de hereje, y Central es consciente de eso, porque sabe que el nivel futbolístico viene decayendo partido a partido, con respecto al final del 2019, con esa seguidilla de victorias. Entonces Cocca va a lo seguro, convertir y protegerse, no regalar nada y sumar para no sufrir.