Por Fabrizio Turturici

Ésa es la gran pregunta que se hace todo hincha rojinegro. O toda persona que simplemente vea desde afuera la situación actual de Newell’s. El equipo sigue siendo, a estas alturas del partido, una incógnita. A más de treinta días sin fútbol, no cerró la llegada de ningún refuerzo y los planes de la dirigencia y cuerpo técnico se pueden intuir, apenas, de manera superficial.

¿Cuál es la idea de Newell’s? ¿Qué quiere el técnico de su equipo? Difícilmente alguien tenga la respuesta acertada, ya que desde el club se manejan con sumo hermetismo.

Lo concreto es que se potenciará a juveniles, cumpliendo el deseo de Lucas Bernardi en apostar a la cantera. Pero Newell’s, lejos de una situación de comodidad, debe volver a las viejas campañas. A ser protagonista. A sumar para que su futuro no se vea comprometido por la tabla roja. Y la pregunta aquí surge sola: ¿tiene plantel para hacerlo?

La respuesta es no. Aunque siempre se puede hacer buena letra sin un gran equipo (ejemplos sobran), la Lepra encuentra su presente enviciado y necesita a las claras un cambio de aire. Jugadores nuevos, que oxigenen la estructura y potencien, no sólo a los más chicos sino también a los más experimentados.

Sus hinchas no querrán volver a verlo en mitad de tabla. Entonces, con la premisa de pelear el corto campeonato por delante, dividido en dos zonas de quince equipos cada una, el elenco rojinegro debe poner toda la carne en el asador y jugársela por una nueva estrella.

Pero de la mano de un sueño, debe ir acompañando un buen equipo. Y de la mano de un buen equipo, una dirigencia responsable y práctica en los negocios. Que le proporcione al técnico los jugadores pedidos. Eso, hasta el momento, no se vio. Y está claro que el tiempo pasa y las posibilidades se reducen.