Por Santiago A. Fraga

En el día en que Newell’s Old Boys inauguró las nuevas torres de luces LED del estadio Marcelo Bielsa, el equipo de Gabriel Heinze estuvo más que iluminado y jugó su mejor partido en el campeonato para vencer al hasta esta fecha líder de la Liga Profesional de Fútbol.

Plasmando en su perfección la idea del DT de un estilo de posesión y agregándole ritmo en la transición, la ‘Lepra’ mostró una versión muy mejorada de su juego y gozó de la tranquilidad de la superioridad absoluta a lo largo de los 90 minutos, complicándose solamente por su falta de definición (de 12 intentos, solamente 2 fueron al arco, y a eso se le suman jugadas en donde no pudieron conectar el remate tras atacar por banda).

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En los primeros 30 minutos del partido se vio quizás la mejor producción de Newell’s en lo que va del ciclo Heinze. Un equipo con actitud, vertical a la hora de atacar y con un juego fuerte a la hora de presionar para recuperar la pelota.

Con esta fórmula, anuló el juego de San Lorenzo y encontró espacios para jugar a las espaldas de los centrales, sin incluso necesariamente depender de Cristian Ferreira para filtrar esas pelotas.

Con Iván Gómez como todoterreno, siendo el motor y corazón de la ‘Lepra’, y con Willer Ditta volviendo a un nivel superlativo, siendo un muro en defensa pero también teniendo un papel importante en las jugadas de ataque, el rojinegro logró revertir su recurrente problema para crear chances claras, pero siguió pagando caro la poca definición en el área rival.

Tan solo en el primer tiempo, Newell’s llegó a inquietar unas cinco veces la defensa del ‘Ciclón’, con pases filtrados a la espalda de los centrales o con envíos rasos desde los costados, pero ni Jorge Recalde en posición de 9, ni Gómez o Ferreira pisando el área, ni el extremo sobrante llegaban a conectar bien esos centros.

Con la tranquilidad de la posesión y la superioridad, con el correr de los minutos también fue creciendo la figura de Brian Aguirre, quien si bien decidió apurado en algunas ocasiones, fue intratable encarando por la banda derecha y aportó al factor sorpresa que necesita la ‘Lepra’ en ataque para generar riesgo.

San Lorenzo, que llegó a esta fecha como líder del campeonato, ni siquiera atinó en algún momento a intentar revertir la dinámica del juego, sin incluso tratar de presionar la salida o el mediocampo, como si se sintiera cómodo con el dominio leprosa y solamente esperara el error para sacar provecho (4 de sus 5 triunfos fueron por 1-0).

Para la segunda parte, tal vez sin la intensidad inicial pero con la misma decisión, Newell’s siguió siendo el encargado de buscar romper la igualdad, consiguiendo ponerse en zona de ataque con facilidad a partir de la distribución desde el fondo y el juego de lado a lado, pero sin terminar de descubrir la llave para encontrar a Recalde o llegar cómodamente a una posición de definición.

La clave del gol llegaría a partir de un ajuste muy pedido por los hinchas leprosos, como fue el ingreso de Jeremías Pérez Tica. Mostrándose con hambre desde el primer segundo en que pisó la cancha, el delantero, jugando como extremo por izquierda, logró concretar el centro que Ramiro Sordo no había logrado en los 70 minutos previos y en su primer envío al área encontró a Recalde, que como ante Colón se volvió a sentir 9 y definió con un remate potente para vencer a un sólido Augusto Batalla.

Con 13 minutos por delante más la adición, recién ahí el ‘Ciclón’ de Rubén Insúa comenzó a buscar la pelota y generó peligro en el área leprosa, pero un Lucas Hoyos firme y el ingreso de Víctor Velázquez para reforzar la zaga terminaron por anular cualquier intento del visitante por lograr el empate. Destacable fue también a lo largo del partido la actuación de Bruno Pittón en el lateral izquierdo.

Newell’s consiguió este lunes un triunfo fundamental, no solamente por lo que significan los tres puntos y por mantener puntaje ideal como local, sino por la actitud demostrada para buscar el gol, una cara importante que se contrapone mucho con el desempaño del equipo como visitante y que resulta más que necesario en la antesala de un nuevo clásico rosarino en el Coloso.