Huracán pegó en el momento justo, se hizo fuerte en defensa, y se consagró campeón de la Supercopa Argentina, tras superar esta noche por 1 a 0 a River, en la final disputada en el estadio Centenario de San Juan.

El chileno Edson Puch, a los 21 minutos del primer tiempo, anotó el tanto de la victoria del elenco de Parque Patricios.

El «Globo» tuvo festejo doble en la noche sanjuanina, ya que la consagración le permitirá jugar la Copa Sudamericana en el segundo semestre de este año.

De esta manera, Huracán volverá a jugar un certamen internacional luego del traspié sufrido esta semana, con la eliminación en la primera fase de la Copa Libertadores.

En tanto, River, que fue una sombra en el primer tiempo y mostró reacción en el segundo, sufrió una derrota inesperada justamente una semana antes de disputar el primer superclásico de los tres que afrontará en 10 días, entre el torneo local y Libertadores.

La Supercopa Argentina se disputa desde 2012 y enfrenta al Supercampeón de la temporada, en este caso River, y al ganador de la Copa Argentina, en esta oportunidad, Huracán.

En cuanto al partido, Huracán manejó los tiempos en el primer tiempo, con firmeza en defensa y aprovechando llamativas distracciones defensivas de River en la última línea.

En el complemento las cosas cambiaron, Huracán se metió muy atrás, River lo asedió y lo llenó de centros, pero se topó con una gran actuación del arquero Díaz, que cerró el arco del «Globo» y fue la figura de la noche.

River empezó mejor el partido y en apenas seis minutos tuvo dos aproximaciones peligrosas, un derechazo de Sánchez, que salió apenas por arriba, y un zurdazo de Rojas, que se desvió en Villarruel y casi descoloca al arquero Díaz.

Sin embargo, esa ráfaga inicial «millonaria» se diluyó rápidamente, Huracán se afirmó en defensa y encontró su juego en los pases largos a «Wanchope» Ábila, quien aguantaba a los centrales rivales, y con Puch y Espinoza desbordando por las bandas.

A los 16 minutos, Díaz sacó largo de área a área y Ábila habilitó con un «pechazo» a Espinoza, pero este llegó mal parado y remató muy mal, desviado.

Sin embargo, esa jugada fue una llamada de atención para la defensa riverplatense, sobre todo para Funes Mori y Vangioni, que la pasaban mal con el escurridizo Espinoza.

Y a los 21 minutos llegó el gol: Toranzo puso un pase «venenoso» a espaldas de Vangioni, Espinoza encaró a Funes Mori, lanzó el centro atrás, la pelota se desvió en Kranevitter y cayó justo para Puch, que definió con un derechazo rasante.

River intentó reaccionar, pero «Pity» Martínez no aparecía, Cavenaghi se esforzaba, pero parecía muy solo, mientras que Sánchez no terminaba de la mejor manera sus aprestos individuales.

Cuando la primera parte terminaba, Toranzo encabezó un contragolpe y puso un preciso pase profundo para Ábila, pero «Wanchope» definió débil y facilitó el trabajo de Barovero, que rechazó el balón con el cuerpo.

Ya en el complemento, otra jugada entre Toranzo y Ábila le permitió a Espinoza quedar de caro al arco de Barovero, pero el volante ofensivo falló en el remate final, que se fue lejos.

A partir de los 10 minutos, River acentuó el dominio, los dirigidos por Apuzzo se recostaron demasiado cerca del arco de Díaz y comenzaron a pasarla mal.

Si bien los «millonarios» no tenían su mejor noche, el dominio territorial y los innumerables centros al área del agazapado Huracán dejaban la sensación de que el empate era inminente.

A los 21, Mora cabeceó solo en el primer palo, luego de un tiro de esquina de Martínez desde la izquierda, y el balón salió apenas al lado del segundo palo.

Diez minutos más tarde, el uruguayo se hizo cargo de un tiro libre y obligó a Díaz a volar y manotear la pelota por sobre el travesaño para evitar la igualdad.

Huracán aguantaba como podía, la figura de Díaz se hacía cada vez más grande, mientras que «Wanchope» peleaba en soledad contra toda la defensa «millonaria».

Cuando se jugaban 41 minutos, Díaz se lució y tuvo la atajada de la noche, volando sobre su palo derecho para evitar que un cabezazo a quemarropa de Mora sea gol.

De ese tiro de esquina, el arquero del «Globo» volvió a destacarse, poniendo la mano para ahogar el grito de gol de Cavenaghi, tras el centro de «Pity» Martínez.

Así transcurrieron los últimos minutos, con Huracán defendiendo con uñas y dientes la exigua ventaja, que con el pitazo final le permitió desatar el grito de campeón.