Por José Odisio

Golpeado físicamente, pero protegido por los puntos en la tabla. El Newells invicto de Osella visita a Racing con el objetivo de seguir sumando, en una semana donde las bajas por lesiones fueron el mayor problema del DT.

El pizarrón de Osella está repleto de tachaduras. No es que el técnico tuvo tantas dudas tácticas, aunque obvio las hubo. El gran dilema fueron los lesionados, que fueron cayendo día a día. Primero descartó a Nacho y Matos, otra vez sin nueve. Luego se cayó Mateo, y tuvo que jugársela por Prediger, que arrastra una inactividad de 50 días, y además prenderle velas a Quignon, que está entre algodones.

Parecía que era todo. No fue así. Esguince de Escobar a minutos de viajar. Otro menos. Y para peor, Formiliano no es garantía de 90 minutos en cancha. Por eso tuvo que desenterrar al Coty, sacarle el polvo y mandarlo al banco.

Adversidades, muchas. Pero en este torneo Newells parece tener un Dios aparte cuando entra a la cancha. Una inmunidad a la derrota que a veces no se entiende, pero es cierta y se ve en la tabla.

Por eso hay optimismo. Osella pudo juntar once. Con eso alcanza para arrancar. Después, si el juego no aparece, Pocrnjic, Maxi o el destino siempre tienen un guiño más.