Por Pablo Martínez 

Newell’s perdió el rumbo, no encuentra los caminos para torcer este presente futbolístico, sumó cuatro puntos en los últimos ocho cotejos y ya la defensa no está tan segura como en el inicio de la Liga. Si bien intentó presionar en el comienzo, fue vulnerado rápidamente y terminó sufriendo una goleada que genera preocupación en el mundo Leproso.

Sanguinetti perdió la brújula, de aquella solidez que consiguió en los primeros partidos del torneo, a esta pobre presentación en el Monumental. En el inicio del juego, el elenco del parque mostró una interesante presión en la salida del riverplatense pero carecía de precisión para aprovechar en los últimos metros.

Pero River, que transitaba el juego sin imponerse con autoridad, se encontró con la efectividad de Pablo Solari (anotó dos goles) y el bajo nivel de Mansilla en el fondo Rojinegro.

Newell’s no tenía reacción, no pudo imponer una idea de juego y recién en el complemento volvió a llegar al arco de Armani, muy poco para pretender ser protagonista.

Sin embargo, el gol de Pablo Pérez generó ilusión, ese 1-2 era esperanzador pero duró poco porque Javier Pinola volvió a poner en ventaja al conjunto de Gallardo y Matías Suárez selló la derrota con un golazo.

El Rojinegro tiene voluntad, necesita recuperar confianza, esa que lo llevó a mantenerse en el liderazgo por varias jornadas. El equipo tiene poco volumen de juego, no hay generación de jugadas de peligro y el punto fuerte del equipo (la defensa) empezó a caerse estrepitosamente.

La Lepra no puede salir del pozo futbolístico, otra dura caída que genera desconfianza en el hincha, el crédito del técnico ya esta agotado y se inicia un proceso complicado, donde Sanguinetti camina por la cuerda floja.

No hay tiempo para más, la reacción futbolística es imperiosa y se necesita una victoria urgente, para Newell’s el partido ante Lanús (el miércoles en el Coloso) es fundamental para cambiar ánimo del plantel.