Por Enrique Genovar

Poner mucha gente en ataque y llevar adelante una idea ofensiva requiere también de cuidados. Y este Central de Paolo Montero, en Junín, no los tuvo. El Canalla jugó ante el Verde a la ruleta rusa. Fue un partido golpe por golpe y es por eso que si bien el resultado fue justo pudo haber sido para cualquiera.

La idea de ser protagonista es saludable, como sucedió en la etapa anterior. Pero le faltó ser un equipo sólido. La solidez conlleva a no amontonar gente arriba por amontonar. También trae aparejado el hecho de estar concentrado al ciento por ciento durante todo el partido cuando se pierde la pelota.

La poca monta del rival en cuanto a jerarquía de sus hombres de arriba impidió que la cosa no terminara mal para Central. Pero sin dudas lo que sucedió en el empate con Sarmiento debe ser un llamado de atención para solucionar el retroceso durante la semana de trabajo.

Central muestra estos inconvenientes desde que comenzó a jugar los encuentros amistosos de pretemporada. Y en los cuatro partidos oficiales del año los rivales se las ingeniaron para darle un dolor de cabeza. Claro que en dos de ellos la propia categoría de los jugadores canallas que juegan de mitad de cancha hacia delante alcanzó para quedarse con la victoria. Pero en Junín hubo fallas a la hora de las definiciones y el equipo del uruguayo solamente pudo sumar de a uno.

Montero debe tomar nota y empezar a corregir este vicio del equipo cuando no tiene la pelota. Ya que si quiere llegar a terminar en zona de copas debe ofrecer una mejor versión a la hora de retroceder.

Foto: gentileza @JuanFotosRos