«De la misma forma en que el coronel Aureliano Buendía ansiaba conocer el hielo, para de una vez por todas saciar su curiosidad, empezar con buen pie Cien años de soledad y postular a Gabriel García Márquez como futuro Premio Nobel, yo ansiaba ver un River y Boca», dijo una vez el escritor y humorista Roberto Fontanarrosa.

Todo el país -y buena parte del mundo- estará atento para no perderse nada de lo que ocurra en el encuentro final de la Copa Libertadores. Es que por primera vez desde 1960, cuando comenzó a jugarse el torneo, disputarán en una final el trofeo mas deseado.

Esta pasión se refleja en la locura por los tickets. Las plateas en la Bombonera se revendían en internet a 5.000 dólares. Es que se jugará un partido no apto para cardíacos por la pasión, el delirio y el desborde que provoca ver en una cancha a los colores azul y oro de los ‘xeneizes’ frente al blanco y rojo de los ‘millonarios’.

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Lo destacado sobre la final entre River Plate vs. Boca Juniors

Desde afuera también se ve claro: el periódico británico The Observer dijo alguna vez que «uno no tiene derecho a morirse sin haber visto, al menos una vez un Boca-River». 

Otro periódico del Reino Unido, The Sun, lo calificó de «la experiencia deportiva más intensa del mundo». 

Un editor de la revista World Soccer Magazine dijo que es «insuperable por ningún otro en el mundo por su pasión e intensidad».

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Ni el presidente de Argentina, Mauricio Macri, pudo sustraerse a la tensión. «No voy a dormir por esto», dijo en público. Macri intentó que se permitiese a los hinchas visitantes concurrir a los dos estadios. «No me quiero hacer cargo de una muerte», dijo D’Onofrio. Angelici coincidió. Se jugará sin visitantes.

La presencia de la gente de la visita está prohibida desde 2013 para evitar la violencia. Es que en los últimos 50 años murieron 305 hinchas. Los dos presidentes, Rodolfo D’Onofrio, de River y Daniel Angelici, de Boca, se esforzaron en poner paños fríos al descontrol fanático. «Convocamos a simpatizantes, hinchas y socios a vivir esto como una fiesta popular, somos rivales no enemigos», dijeron en un comunicado conjunto.

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En un barrio de la ciudad rural de Apóstoles, un hincha denunció que su excuñado le incendió la casa tras pelearse por Boca-River. Un defensor de la selección argentina, el ex River Ramiro Funes Mori, dijo que «a la sociedad no hay que generarle que es vida o muerte, aunque es verdad que el que gane va a tener la gloria».

Futbolero y rosarino, Fontanarrosa se preguntaba: «¿Por qué estoy nervioso si soy hincha de Rosario Central? Es difícil no estarlo. Hay una carga eléctrica, una energía que dinamiza y crispa, sea el partido bueno, malo o regular».