Finalmente, de tanto intentar se le dio. El Manchester City consiguió la primera Champions League de su historia. No jugó su mejor encuentro, pero tuvo esa cuota de suerte, y también las manos del brasileño Ederson, que se necesita para ser campeón. Con eso le alcanzó para regalarse un trofeo que acarició varias veces, pero que en la noche de Estambul pudo disfrutarlo al fin. Las mieles del éxito envolvieron esta temporada el conjunto citizen, que ganó todo lo que disputó.

Un gol de español Rodri (de los mejores jugadores del plantel), a los 23 minutos del segundo tiempo, bastó para que el equipo inglés derrotara al Inter y, de esta manera, se alzara con la Liga de Campeones de Europa 2022/2023, la cual dominó de principio a fin, arrasando con grandes clubes, como el Bayern Munich, el Real Madrid y la institución de Milán.

El encuentro se decidió por detalles, a diferencia de otros años, esta vez el destino le hizo un guiño a los dirigidos por Pep Guardiola, quien obtuvo la tercera orejona como entrenador. En el juego, el City estuvo atado, incómodo, sorprendido por un buena formación italiana, que en base a disciplina táctica y concentración, logró anular a los ciudadanos. Es más, el neroazzurro dispuso de las ocasiones de gol más claras para convertir.

Como se destacó más arriba, gran parte del triunfo en el compromiso de hoy se explica por la actuación del arquero celeste, clave para desactivar todos los intentos rivales, por abajo y por arriba (una de ellas al argentino Lautaro Martínez). Ante una defensa que no dio garantías, la aparición del uno resultó determinante para sostener la valla en cero, demostrando ser un jugador ganador, de finales, bien para un cuadro con pretensiones.

Tras un primer tiempo trabado, y cuando nada hacía suponer un giro inesperado al empate, una aparición del 16 citizen por el medio para finalizar una combinación colectiva resultó el golpe sobre la mesa que rompió el molde. La tarea inicial estuvo hecha, que era convertir en los 90 minutos. Cuando se podía pensar que, a partir de allí, el City se acomodaría y sacaría el libreto que mejor le queda, nada de ellos sucedió. De hecho, el Inter, obligado por las circunstancias, con enjundia, salió a vender cara la derrota.

Ya con Lukaku en cancha, tirando toda la carne al asador, el conjunto italiano buscó por todas las vías volver a poner las cosas como al comienzo, pero el esfuerzo resultó en vano porque enfrente estaba un Ederson inspiradísimo, que ratificó las buenas condiciones que había demostrado en las semifinales ante el Madrid. Los ingleses se agruparon atrás y sacaron lo que vino al área, allí se turnaron Días, Akanji y Ake para despejar.

El fútbol es un deporte hermoso, clara muestra en Turquía. Así, el Manchester, renunciando a las convicciones que lo pusieron en esa etapa, justo en una final, desarrollando una tarea distinta a la habitual, se quedó con la historia e hizo historia. Merecido por lo que lo buscó, por el camino transitado, este juego da revancha siempre. Párrafo aparte para Guardiola, su huella quedará imborrable para siempre, pero no solo por el resultado, sino, más importante aún, por marcar un estilo, una forma de entender y practicar este juego, estética y agradable a la vista, que tuvo su recompensa más preciada. Nadie puede discutir a este City.