El ex basquetbolista Emanuel Ginóbili recordó hoy su paso por la Generación Dorada, el seleccionado argentino que ganó el legendario oro olímpico en Atenas 2004, al asegurar que se trató de «un grupo de amigos que se juntó para divertirse».

Además, se refirió durante una conferencia virtual a «los dos puñales más grandes» que sufrió en su carrera deportiva: «Uno fue en la final del Mundial de Indianápolis, pero tuvimos la suerte de sanar las heridas dos años más tarde; y la otra contra Miami en 2013 (final de NBA)».

Sobre esa derrota definitoria, Manu expresó: «Fue mi peor momento deportivo. Sentí que había defraudado a todo el mundo, a mi mujer, mis hijos, amigos. Después maduré, canalicé lo que me había pasado y por suerte me pude sacar esa espina contra el mismo rival en 2014».

En cuanto a su adaptación a la NBA, el bahiense manifestó: «La competencia, exigencia y el profesionalismo me costaron mucho. Los primeros dos años fueron complicados porque me cagaban a pedos de una manera irreproducible. Gregg Popovich es de la vieja escuela, tenía empatía y potenciaba a los jugadores, pero la materia tacto se la llevaba a marzo».

«Me llevó dos años y medio ganarme su confianza. Yo sabía que no podía aspirar a hacer 25 puntos por partido, me tuve que adaptar y sacarme los guantes blancos para empezar a hacer el trabajo sucio», añadió el histórico escolta de los San Antonio Spurs.

Por último, se refirió al equipo argentino: «Con la Selección fue distinto, fue un grupo de amigos que se juntó para divertirse. Fue algo natural que se dio, porque éramos un grupo de chicos que nos gustaba jugar al básquet. Ojalá que el legado que dejó la Generación Dorada perdure en el tiempo».