En un nuevo envío de Más que Fútbol, que se emite por el canal de Youtube de Conclusión, Alejandro Maidana y Miguel Ángel Fullana analizaron el espinoso y solitario camino que deben transitar los jóvenes futbolistas para cumplir con el sueño que, en muchas oportunidades, tiene más que ver con salvarse económicamente, que con el disfrute.

“Creo que todos sabemos más o menos la historia de Caperucita Roja. También sabemos la enorme cantidad de análisis que se han vertido sobre ese cuenco”, se preguntó Pablo Suárez en lo que sería la introducción a un notable artículo redactado para el diario El Ciudadano. Una invitación a introducirnos a un debate tan oscuro como el mismísimo bosque que atraparía a una pequeña con una responsabilidad tan monstruosa como el exitismo mismo.

 

El fútbol y sus muchas caperucitas, rojas y negras, azules y amarillas, solo para nombrar algunas, invitan a profundizar el debate sobre una maquinaria adaptada para deglutir sueños y sembrar frustraciones. Ojo, acá hablamos de fútbol, pero cabe destacar que es aplicable para el resto de los tentáculos de la vida. Pablo Suárez nos convida una reflexión tan disruptiva como incómoda, tan concreta como dolorosa, tan cruel como humana.

La versión original de Caperucita Roja terminaba mal, ya que tanto la abuela como la nieta morían, después aparecieron los hermanos Green con una versión mas edulcorada y con la presencia del cazador el final fue otro. Pero en otros casos, tanto en el fútbol como en lo artístico, en donde las y los jóvenes deben enfrentarse al peligro de los lobos, por ello me pareció interesante jugar con esa parábola para analizar al padre de los deportistas. Si bien claramente no todos los padres son iguales, sabemos a los que ponemos en debate son bastante picantes, molestos y les hacen mucho a los pibes”.

En el caso de los que terminan bien, pueden congraciarse de que este tenga 200 millones de dólares en el banco y de esa manera pueda mantener a varias generaciones. “Ahí tendríamos el final feliz, se sacrificó, pero finalmente logró el objetivo, pero no podemos olvidarnos de aquellos que no lo logran y que además de cumplir con los requisitos deportivos, tuvieron que cargarse la responsabilidad de salvar a la familia. Por eso me pareció pertinente compararlo con el cuento de caperucita y el lobo, ya que a esta la dejaron sola con su canasta en el medio de la peligrosidad del bosque para que vaya a asistir a su abuela que no se valía por sí misma. En definitiva, se los obliga a correr un riesgo, el mismo que los padres no quieren correr”, enfatizó Suárez.

Sin estridencias, pero con la claridad y responsabilidad que conlleva inmiscuirse en las profundidades de la pasión más grande del mundo, Miguel Ángel Fullana y Alejandro Maidana invitan a compartir una hora con el foco puesto en el fútbol de la ciudad. Análisis, entrevistas, debate, estadísticas y datos de color. La cita es con Más que Fútbol, todas las semanas a través del diario digital Conclusión.