El Coloso Marcelo Bielsa, fue testigo otra vez del clásico banderazo rojinegro, con más de 25.000 leprosos que colmaron las tribunas norte, sur y la platea este. La espera se hizo larga, los voces se multiplicaron cuando se empezó a escuchar el canto tradicional, previo al derby: «El domingo cueste lo que cueste…el domingo tenemos que ganar».

Una hora y media después de lo anunciado, hizo su aparición en el campo de juego, el plantel de Newell’s, vestidos con ropa de entrenamiento y se dirigieron hacia la popular sur. Las luces se apagaron y un show de fuegos artificiales iluminó el cielo del Parque de la Independencia. Las pantallas prendidas de los celulares y las bengalas le daban color a la nochecita del Coloso.

Diego Mateo fue el jugador más ovacionado por el pueblo leproso, inclusive sobre la única platea habilitada había una bandera dedicada al experimentado futbolista, que pedía respeto por los ídolos y decía: «Pomelo + 10».

Los jugadores leprosos, sacaban fotos desde el campo de juego hacia las tribunas y en respuesta a la pasión de los hinchas, sacaron varias banderas rojinegras de gran proporción y haciéndolas flamear. Luego, dieron una vuelta por el perímetro de la cancha y terminaron saltando y cantando con su gente. La foto grupal, con la hinchada de fondo, fue el broche final del banderazo, que duró algo más de media hora.

El delantero Ignacio Scocco, compartió un video en las redes sociales, con una frase que dice: «A NOB lo hace grande la gente».

Los simpatizantes de Newell’s, pidieron más de una vez, un triunfo el domingo en el clásico rosarino, para cortar la racha negativa, de cinco encuentros sin conocer la victoria.

El dato negativo del ritual ñulista, fue la detención de un par de hinchas con dos machetes, con los que intentaba ingresar al estadio y fue detenido por agentes policiales en una de las entradas habilitadas.