Por Santiago Fraga

Dos caras de una misma moneda. Luego de varios partidos con más dudas que certezas, en los que Newell’s parecía haber perdido el rumbo, este sábado por la noche la Lepra se acercó un poco más a aquel equipo de las primeras fechas y al que debe aferrarse para garantizarse la salvación en la lucha de los promedios, pero no le alcanzó para resistir a uno de los mejores equipos del continente.

Así, lo que se vio durante los 90 minutos en el Marcelo Bielsa fue un primer tiempo intachable y un segundo en donde fue totalmente sometido. Una modificación fundamentalmente actitudinal pero también estratégica fue la clave para que de entrada el rojinegro juegue con un fútbol intenso ante el River de Marcelo Gallardo, y la misma cabeza y la determinación de tirarse atrás fue la que le terminó jugando la mala pasada al rojinegro.

En cuanto a la táctica, tras varios intentos fallidos (entre cambios obligados y ensayos), Kudelka volvió a las raíces con un planteo más parecido al de otros triunfos de Newell’s y una disposición de nombres similar, modificando una sola pieza ante la ausencia de Jerónimo Cacciabue.

Con un Mauro Formica mostrando mucha más entrega que en fechas anteriores, con Luís Leal atacando constantemente la espalda de Fabricio Angileri y generando riesgo en el arco de Franco Armani, con un Mariano Bittolo muy preciso en los pases largos y con un Alan Aguerre nuevamente afilado, la Lepra puso en aprietos durante la primera parte a un equipo de alto vuelo con innumerables recursos y alternativas ofensivas, individuales y colectivas.

Además, Lucas Albertengo aportó más dinamismo al ataque; Cristian Lema se volvió a mostrar letal en el juego aéreo, ratificando por qué es el goleador del equipo; y Julián Fernández volvió a ser el corazón y la fuerza del equipo.

Sin embargo, todas esas virtudes que aflorecían cuando Newell’s se encontraba arriba en el marcador se desvanecieron de un plumazo apenas comenzó a rodar la pelota tras el entretiempo. La Lepra cambió el acecho por el resguardo y le dio la pelota a River, que no dejó de atacarlo ni un instante.

Para peor, los ingresos de Juan Fernando Quintero e Ignacio Scocco (que tranquilamente podrían haber tenido lugar también una semana antes) terminaron por darle al visitante las pinceladas de calidad necesarias para dar vuelta el resultado. El tercer gol, con un cambio de frente magistral del colombiano y un toque con clase del hughesino, fue la clara muestra de esto.

Sin dudas que Newell’s se podrá reprochar muchas cosas de cómo planteó el segundo tienpo y dejó en el camino tres puntos de oro, pero tendrá que trabajar mucho pensando en dos realidades.

La primera, que el equipo mejoró la producción y por este camino conseguirá más alegrías que tristezas. La segunda, que a los números no les interesan las excusas, y que la realidad estadística demuestra que Newell’s perdió 4 de sus últimos 5 partidos, habiendo sido superado por varios competidores directos.