Por Santiago A. Fraga, enviado especial desde San Nicolás de los Arroyos

Las diversas ediciones de la Copa Argentina y el gran número de sorpresas que la misma da son siempre un buen parámetro para saber que ningún equipo debe ser subestimado en esta competición. Ya este mismo día un equipo de Primera División (Gimnasia) había sido eliminado por otro de categorías más bajas (Excursionistas).

Sin embargo, es innegable que en la previa a Newell’s hoy se le presentaba una chance de oro para mostrar una mejor cara y corregir algunos errores que se repitieron a lo largo de las primeras fechas del campeonato, tanto en la victoria como en la derrota.

Aún así, pese a la diferencia de categoría, a que la ‘Lepra’ utilizó en su mayoría a jugadores con buenos minutos en Primera, y a que incluso ensayó con otra táctica desde el inicio, el equipo de Gabriel Heinze lejos estuvo de mejorar y volvió a exhibir los mismos problemas en la elaboración ofensiva, sin ideas o claridad para generar situaciones de riesgo con el partido empatado (con excepción de dos o tres jugadas que no llegaron a terminar en remate al arco).

Desde el inicio, la formación fue un 3-4-3, que en ataque se convertía en una línea de 5 atacantes con Guillermo Balzi alternando movimientos con Djorkaeff Reasco y los extremos Brian Aguirre y Justo Giani cerrándose para la proyección de los laterales Ángelo Martino y Marcos Portillo (devenido hoy en lateral-volante por derecha).

A pesar de contar con la iniciativa, frente a un rival que lógicamente optó por poblar su área y formar un cerrojo, a Newell’s le costó horrores sostener sus posesiones, principalmente por una gran cantidad de errores no forzados, siendo la moneda corriente los pases errados con un compañero en cercanía.

El primer tiempo fue una exhibición de esa floja cara rojinegra, contando con dos ocasiones de peligro (un tiro libre en el que se intentó sin éxito un doble cabezazo y un mano a mano en el que Reasco no llegó cómodo para definir) pero también dándole ocasiones a su rival, a veces hasta sin necesitar demasiado esfuerzo por conseguirlas.

Quizás, a diferencia de los partidos anteriores, esta vez sí se notó una mayor variedad de movimientos ofensivos en la búsqueda de generar espacios, pero siguió faltando ese pase de calidad para encontrar destinatario (aún con Pablo Pérez en cancha, que terminaba sufriendo la inferioridad numérica cuando lograba tener la pelota) y el equipo volvió a caer en los pases a ningún lado o en centros frontales fácilmente perdibles.

El único (hasta el ingreso de Cristian Ferreira) capaz por momentos de romper esa monotonía fue Brian Aguirre, a quien, sin embargo, el equipo encontró muy poco, intentando en la primera parte atacar más por el lado de Justo Giani.

En esta inconexión, otra de las claras responsabilidades se encontró en los jugadores, ya que hubo rendimientos individuales muy bajos como el caso de Reasco (muy flojo en las divididas y en la distribución), Balzi (constantes malas decisiones), Giani y Portillo.

En el segundo tiempo, lejos de mejorar las cosas, los problemas se agravaron ya que a los 5 minutos, en otro ataque aislado y con una floja resistencia, Leonel Llodrá logró poner en ventaja a Claypole tras rematar no una, sino dos veces en el área sin marcas encima (el primer tiro fue al palo y convirtió el rebote).

Aún con estando abajo en el marcador, la reacción del equipo fue casi inexistente, y atento a esto Heinze decidió mandar cuatro cambios en simultáneo a la cancha a los 18 minutos del complemento, dando ingreso a Jorge Recalde, Jonathan Menéndez, Juan Sforza y Jherson Mosquera en lugar de Djorkaeff Reasco, Marcos Portillo, Justo Giani y Guillermo Ortíz.

Así, el equipo volvió a plantar una línea de 4 tradicional, con Sforza dando una mano en el mediocampo y soltando a Pérez para que juegue más de creativo, aunque tan solo cinco minutos más tarde esto volvería a cambiar con el ingreso de Cristian Ferreira en lugar de Ángelo Martino. Ahí, el equipo quedó únicamente con dos defensores (con Sforza complementando la línea de 3 en caso de ser necesario), con Pérez más atrás, Balzi por izquierda, Mosquera por derecha y Ferreira suelto.

Con esa paridad numérica y con una presión más fuerte arriba, Newell’s empezó a tener situaciones claras de gol y a hacer trabajar al arquero Tiago Libares, aunque recién sería a los 76 minutos de partido y no se extendería por mucho tiempo más. Incluso, tanto antes como después de ese tramo, el jugador más incisivo del equipo era Ditta, cuando encontraba espacios para hacer la personal hasta la puerta del área.

La ‘Lepra’ no solamente perdió hoy una chance de oro de mejorar de cara al exigente semestre que tiene por delante, sino que encima sumó una gran carga encima suyo y ya regaló una de las tres competiciones en disputa, quizás aquella en la que más chances podría haber tenido de aspirar a llegar lejos. Un resultado nefasto para un equipo que tiene mucho por trabajar y un técnico que deberá pensar si el rumbo futbolístico que está tomando es el correcto.