Ni un alivio. Ni una caricia para un cuerpo magullado. Ni el tiro del final. Central tuvo un pésimo torneo, y lo cerró con la misma coherencia con la que transitó todo el campeonato.

Fue empate 1 a 1 frente a Estudiantes en la última pelota. Quizás, el gol de Marco Ruben tras más de 600 minutos sin convertir sea la única buena noticia de la noche.

Sin embargo, este partido quedará en una anécdota y el foco deberá estar puesto en no repetir los errores de esta temporada.

Con refuerzos de renombre que llegaron para pelear arriba, la 20º posición con la que terminó en esta Superliga y la eliminación temprana de la Copa Sudamericana dan una sentencia por sí misma: calificarla, sería un despropósito.

Rosario Central afronta un año electoral y el escenario político sin dudas influyó en las decisiones deportivas de los últimos meses. La proximidad del acto democrático precipitó la salida de Leo Fernández del banco Canalla tras los malos resultados.

Las buenas intenciones del ahora ex entrenador auriazul en la promoción de juveniles no fueron suficientes para que la dirigencia lo sostuviera en el cargo, más allá de que su antecesor Paolo Montero tuvo mucho más crédito aunque no era de la casa.

Más allá de que el panorama parece no ser el mejor, la aparición de Edgardo Bauza en el mundo Central ofrece ilusiones renovadas de cara a lo que vendrá.

El miércoles será un día clave para la contratación del Patón, las negociaciones están encaminadas y cuentan con el aval de todo el arco político. Su nombre tiene la llave de las esperanza para mejorar. Y esta vez no volver a errar con los refuerzos. Es tiempo de barajar y dar de nuevo.

Central empató con Estudiantes en el Gigante y cerró un torneo para el olvido