Central no pudo abstraerse de su gran final y cerró el año de Superliga con una derrota por dos goles en su visita a Vélez, donde presentó un equipo totalmente alternativo que hizo lo que pudo hasta ser superado por un paciente rival que golpeó en los momentos justos.

El encuentro comenzó como se esperaba en los papeles previos. El elenco velezano manejaba el balón con fluida dinámica y merodeaba el área rival, aunque sin sorpresa en los últimos metros para lastimar a la que se planteaba como una improvisada defensa canalla.

A Central le costaba acomodarse en el campo de juego, equivocando mucho en la salida por abajo y no pudiendo ganar los envíos aéreos. Los mediocampistas no hacían pie en la contención y tampoco en la generación de juego, ya que no conectaban con los delanteros.

Lejos de acomodarse con la estrategia de replegarse, ceder el balón al contrincante y apostar al contragolpe, Central no hizo ni una cosa ni la otra y se limitaba a ser un espectador de la superioridad -pasiva- de Vélez, ante las buenas respuestas del debutante arquero Marcelo Miño.

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En defensa, el mayor déficit canalla fue no haber podido cortar el circuito de juego rival, taponando la salida del hábil Gastón Giménez, que emergía como eje de un equipo que se hacía ancho y profundo por las bandas, pero previsible en sus anunciados movimientos.

A pesar de una posesión del 66% por parte de Vélez, los locales no pudieron plasmarlo en acciones de peligro ni, por ende, en el resultado, ya que apenas contaron con un remate más (4 contra 3) que Central en la primera parte de un partido aburrido.

En un complemento sin variantes de arranque, todo continuó en la misma línea, aunque los auriazules se mostraban más comprometidos en la búsqueda del resultado. Mejor plantados en el fondo, estuvieron a punto de abrir la cuenta con algunas réplicas en velocidad.

No obstante, de manera inesperada por el juego aéreo y quizás cuando menos lo merecía, llegó el primer festejo de Vélez, en una típica jugada de enganche y centro cruzado a un volante que pisa el área en posición de gol. Con el gol de Lucas Robertone, el local comenzó a justificar el resultado hasta el segundo de Thiago Almada de contragolpe.

En este escenario, el conjunto auriazul cerró un irregular año de Superliga con otra derrota de visitante, pero se jugará este jueves el premio mayor por la Copa Argentina, buscando superar a Gimnasia, festejar el título e ingresar a la próxima Copa Libertadores.