Por Fabrizio Turturici

Se juega como se vive y esa no es la regla a la que logra escaparle Central, al que perder se le hizo costumbre, ahora contra Aldosivi en su debut por la Copa de la Superliga, pero en correlación a su presente en el campeonato doméstico, la Libertadores y hasta la Copa Argentina que se había encargado de levantar hace unos meses.

El club de Arroyito es un manojo de nervios y malas decisiones y eso se ve traducido en la cancha. Los resultados ya son más que preocupantes, el descenso se asoma en el horizonte y sólo queda cortar de raíz para empezar de nuevo.

El equipo de Cocca empezó el cotejo con buenas intenciones pero nulas ejecuciones. La movilidad de sus volantes parecía ser una buena fuente de recursos, pero nunca se decidió a cruzar de tres cuartos hacia delante y se terminó quedando en la nada.

>Te puede interesar: Un Central sin ideas perdió con justicia de local frente Aldosivi

Así, el Tiburón se hizo con la posesión rápidamente y adelantó sus líneas, obligando el repliegue canalla. Gracias a la peligrosidad de Chávez, contó con chances clarísimas de abrir el marcador donde hizo lucir a Ledesma, aunque irónicamente el arquero acabó por meterse un gol en contra al terminarse la primera parte.

El esquema rival y la presencia permanente de dos jugadores abiertos por las bandas, hicieron que no pudiera prosperar el trabajo por las bandas auriazules, teniendo que -Vergara y Camacho- marcar dichas proyecciones más que jugar en vocación ofensiva.

Los errores no forzados y la falta de ideas fueron dos factores causantes del nerviosismo en Arroyito. Las triangulaciones brillaron por su ausencia y sólo podían esperarse las individualidades de Lovera o el colombiano Champeta, a quienes les faltaba el último golpe de horno para terminar bien las jugadas que comenzaban con habilidad. Una imagen repetida fue ver al equipo marcharse chiflado y en desventaja al vestuario del entretiempo.

El arranque de la segunda parte trajo consigo los ingresos de Germán Herrera por Vergara y de Jonás Aguirre por el lesionado Camacho. Pero la tónica del desarrollo no cambió para bien, Central insinuó con más inercia que argumentos y chocó una y otra vez contra la defensa de Aldosivi. El conjunto marpletense estuvo más cerca de aumentar la cuenta que sufrir la igualdad, por lo que las críticas llovían desde las tribunas.

De hecho, eso se cumplió a diez minutos del cierre, cuando el recién ingresado Ezequiel Videla infló las redes para el 2-0 en la noche del lunes. En otro cambio insólito de Cocca, el lateral izquierdo Facundo Rizzi entró por Lovera y el partido se fue apagando poco a poco hasta quedar oscuro como el presente de Central. ¿Podrá volver a ver la luz de la esperanza después del receso?