El Dakar, que retorna a Perú después de cinco años de ausencia, empezó hoy con la bienvenida a 540 vehículos y los primeros pilotos, para las verificaciones técnicas y administrativas que preceden a la carrera. La organización del rally se instala durante tres días en la base militar de Las Palmas, por donde hoy han desfilado principalmente los competidores sudamericanos delante de los comisarios de la carrera.

En los hangares de la base aérea de Las Palmas en Lima, lo habitual es ver a mecánicos trabajando con Mirage 2000 o Mig-29, sin embargo, desde hace algunos días, la capital vive al ritmo del Dakar, con la llegada de competidores provenientes de Europa, Asia y las Américas, preparados para afrontar la 40ª edición.

Los comisarios deportivos tienen encomendada la misión de controlar la conformidad con los reglamentos del Dakar de los 342 vehículos que se espera en Lima. En la primera jornada, la mayoría de los competidores sudamericanos se han sometido a este ejercicio que permite entrar en materia.

Entre ellos, cabe destacar a Ignacio Casale, una de las grandes bazas del continente para aspirar a un título en la categoría de quads. El chileno, ganador de la edición de 2009, no se anda con rodeos a la hora de hablar de sus objetivos: “El año pasado quedé segundo y eso que mi preparación estuvo fuertemente perturbada por una lesión. Esta vez he podido recorrer más de 15 000 kilómetros con mi cuadriciclo y estoy en plena forma: no he venido para ganar etapas, he venido a ganar en la clasificación general”. Ya ha tenido la oportunidad de cruzarse por los pasillos –antes de hacerlo en las pistas– con sus futuros rivales por el título, como Rafal Sonik, Jeremías González Ferioli o Pablo Copetti.

Foto: Dakar.