El comienzo del encuentro arrancó eléctrico. Liverpool asfixiando y apretando en la salida del Madrid, no dejándolo salir cómodo. La intensidad y el vértigo del equipo inglés se hizo sentir desde el principio.

El Merengue buscó agregarle calma al encuentro mediante la tenencia de Kroos en el mediocampo y Benzema en ataque. Cuando la pelota pasaba por ellos, la historia para el conjunto blanco era distinta, mostrándose más acomodado.

Liverpool se mostró superior cuando Henderson y Thiago se imponían en la mitad de cancha, con ellos, más el desequilibrio del colombiano Luis Díaz por izquierda, el equipo Red dictaba el ritmo del juego.

La primera llegada fue de los de Klopp, a los 15, cuando tras una gran jugada por derecha, que incluyó un desborde de Alexander-Arnold, Courtois contuvo una mediavuelta de Salah dentro del área. Un minuto después, el egipcio volvió a probar, esta vez de zurda, y otra ves se encontró con la resistencia del belga. Los ingleses eran mejores, se jugaba como querían. La constante dinámica de sus jugadores complicaban la marca blanca, a eso le sumaban una constante agresividad en la presión.

A los 20, Mané remató de derecha entrando por el medio, su latigazo lo desvió Courtois y el palo le dijo que no al senegalés.

La receta para el Madrid era dormir el partido cuando tenía el balón, hacerlo lento, de circulación, y cuando no replegarse rápido y ordenarse. A partir de la mitad del primer tiempo al menos pudo domar el ímpetu y la furia roja.

Liverpool volvió a llegar a los 33, cuando Salah conecto de cabeza un centro desde la derecha tras una guapeada de Konaté, su remate fue contenido por Courtois.

A los 39, una volea de derecha de media distancia de Henderson tras un córner se fue apenas desviada.

La jugada polémica llegó a los 39, cuando Benzema finalizó con gol un entrevero en el área que involucró a Valverde, Allisson, Fabinho y Konaté. El tanto del francés fua anulado por el VAR.

Así se fueron al entretiempo, con un marcadísimo duelo de estilos. Presión vs Contraataque. Con el Liverpool mostrándose mejor la mitad del tiempo, pero con un Madrid que demostró que en sola jugada, por inspiración de alguna de sus individualidades, podía complicar.

En el complemento, a pesar de un comienzo del Madrid con la pelota, nuevamente el Liverpool volvió a tomar las riendas.

A los 7 minutos llegó la primera gran emoción. Una maniobra colectiva incluyó un remate de Valverde entrando por derecha, y la aparición de Vinicius en soledad para empujarla. Sacudón en París.

 

A los 18, un zurdazo de Salah entrando al área fue desviado por Courtois, un gran atajada del belga.

Nuevamente Courtois contuvo con su pierna izquierda otro intento de Salah, a los 20, cuando el egipcio pretendía empujar un cabezazo de Diogo Jota en el área, una salvada magistral. Liverpool tenía la pelota, pero el Madrid le recortaba espacios y lo esperaba ordenado, con oficio.

El belga respondió de nuevo a los 30, cuando desvió un zurdazo de Salah que rozó en Jota. Liverpool no podía vulnerar al uno madridista, que explicaba el triunfo del conjunto español. Otra vez apareció a los 32, para enviar al córner un derechazo del egipcio entrando al área. Invencible.

El Madrid lo pudo liquidar en una contra a los 45, cuando Ceballos mano a mano, en lugar de rematar, buscó el pase a Camavinga, pero Keita apareció justo para sacarla al córner. No hubo tiempo para más. El conjunto español volvió a hacer gala de su mística y se llevó un torneo emocionante, sobre todo por lo realizado en las fases finales. Una Champions inolvidable.