Por José Odisio 

Otra vez sobre la hora. Una vez más en la última jugada. Como en el Clásico o ante Colón. La Lepra parece disfrutar de esos gritos agónicos, aunque a esta altura pensar que es casualidad sería desmerecer a un equipo que no se resigna, que no se conforma y que parece estar preparado física y mentalmente para intentar el gol hasta la última jugada.

El cabezazo de Amoroso en el minuto 49 fue mérito a un equipo que nunca bajó los brazos. Incluso unos minutos antes Scocco falló desde una posición inmejorable. Y eso tiene que ver con varios factores: Osella impulsa la búsqueda con cambios ambiciosos que llevan al equipo adelante, el plantel está preparado físicamente para no aflojar y el hecho de haber ganado varios partidos en el final genera en los jugadores la idea de que se puede.

Lo sufrieron Quilmes, Tigre, Gimnasia, Central, Colón y ahora Talleres. Casualidad? No, causalidad.
Los números son contundentes, 16 de los 25 puntos llegaron con goles en los últimos quince minutos. Con angustia, con sufrimiento, con una gran convicción. Es que Newell’s parece entender que no hay que rendirse jamás. Y los resultados están a la vista.