Este domingo en la Feria Internacional del Libro de Rosario, el periodista Ricardo Gotta presentará su última obra literaria: «Los 7 locos del fútbol», desde las 18 en el espacio Hugo Diz del Centro Cultural Fontanarrosa. Conclusión dialogó con el autor del texto que indaga la vida de siete jugadores fuera de serie, entre ellos, el rosarino Carlovich.

Gotta es un periodista de vasta trayectoria, en la actualidad es secretario de redacción del diario Tiempo Argentino y viene incursionando en la literatura con publicación de libros de temática futbolera como: «Cábalas del fútbol», “¿Qué pasó realmente en ese partido del Mundial ’78? ¿Hubo arreglo?” y «Fuimos Campeones».

El autor de «Los 7 locos del fútbol» nos contó la propuesta que le hace al lector con su obra: «Les propongo conocer a fondo las historias de siete jugadores de fútbol y sus circunstancias. Siete jugadores extraordinarios dentro de la cancha y con particularidades muy contradictorias, afuera de ella. A todos, por esas características, en algún momento de sus carreras les dijeron “loco”».

«Todos con una destreza fenomenal con la pelota, los siete jugadores de elite, de destacado paso por sus selecciones, aunque fuera en una sola oportunidad, como el caso del Trinche Carlovich. Varios de ellos fueron grandes estrellas en Mundiales de fútbol. Y al mismo tiempo, individuos a quienes su propia existencia les resultó, por momentos, el partido más engorroso, el más inaccesible. Son cinco jugadores argentinos, un brasileño y un británico. Seis murieron, sólo uno de ellos sobrevive».

Gotta recordó sus inicios y cómo nació su pasión por la escritura: «Podría decir que soy periodista, y consecuentemente escritor, desde que nací. Mi padre fue periodista y desde que yo era muy pequeño me llevaba a la redacción del diario El Mundo. Casi que aprendí a escribir a máquina, en las viejas Olivetti, enormes, mecánicas… antes que a mano. Después fui estudiando otras cuestiones, y otras carreras, pero finalmente terminé quedándome con el periodismo. Y así fue que la investigación que realicé para mi primer libro (Fuimos Campeones: la Dictadura, el Mundial ‘78 y el misterio del 6-0 a Perú – Editorial Edhasa) se generó a partir de la pregunta que me había hecho mi hijo, algunos años antes: “¿Qué pasó realmente en ese partido del Mundial ’78? ¿Hubo arreglo?”.

Del mismo modo, en mi segundo libro (Cábalas del fútbol – Editorial Edhasa) describo los enigmas futbolísticos, y de todo tipo, que sucedieron para que la Selección Argentina, la de mayores, no lograra ningún título después del de México ‘86 y de no cumplir ciertas promesas… Hasta que con Messi a la cabeza logró la reciente Copa América en Brasil, el año pasado».

«Y finalmente este libro (Los 7 Locos del fútbol – Editorial Colihue) diría que se generó en aquellos días en que mi viejo me llevaba a la redacción de El Mundo. Roberto Arl había trabajado en esa misma redacción, tenía su escritorio en ese mismo segundo piso. Allí había escrito tantas aguafuertes extraordinarias y había pergeñado Los Siete locos, su novela más genial. Cuando la leí, ya de adulto, comprendí que yo había transitado por los mismos lugares que Arlt… Simbólicamente, había tocado sus fantasmas, había deambulado con ellos.

«Y muchas veces, en las canchas de futbol me pregunté si los jugadores, los mejores, los más geniales, no son como esos personajes de las novelas, “unos intrépidos y obsesivos buscadores de oro, a la vez farsantes y engañados”? Y otra cosa: comparé la concreción de un gol con la sistemática y recurrente invención de una rosa de cobre, el objetivo obsesivo del protagonista de la novela…».

A la hora de explicar el por qué eligió a estos siete jugadores para contar una historia, el autor afirmó: «Te lo respondo con otra pregunta: ¿qué jugador simboliza mejor a un futbolista con sus contradicciones que un 7 loco? Si se indaga en las características de estos jugadores se verá que muchos de ellos tienes hilos conductores, puntos en común, puntos futbolísticos o humanos, o de ambas cuestiones. Son Oreste Omar Corbatta, Garrincha, Narciso Horacio Doval, René Orlando Houseman, Ariel Arnaldo Ortega y George Best».

«Todos ellos nacieron futbolísticamente como punteros derechos, geniales, imparables todos, y luego jugaron en muchos otros lugares de la cancha. Y el Trinche Carlovich, al ser la excepción, demuestra que la elección si se quiere es caprichosa. Tengo una lista de más de cien otros “locos del futbol” de Argentina y del mundo, para poder ser incluidos entre estas historias. Pero a medida que investigué esas historias, a medida que fui conociendo detalles, anécdotas, o fui viendo videos, me fui quedando con ellos… Y no me arrepiento de haberlo hecho así».

De los protagonistas del libro, se le preguntó a Gotta cuál era su preferido de los siete protagonistas: «Buena la pregunta. Tal vez porque me la hice muchas veces y siempre llegué a la conclusión que elijo a uno y a otro por distintas características. Corbatta por su desesperación por salir de la oscuridad; Garrincha por su naturalidad casi primitiva, dentro y fuera de la cancha; Doval por sus excentricidades; Ortega por sus goles extraordinarios y por haberlo visto en las cancha; Houseman, por lo tan buen tipo y porque tuvo una muy buena relación periodista-jugador con mi viejo. George Best, por su origen irlandés, por sus peleas con los ingleses y porque fue un jugador extrañamente “latinoamericano”. Y el Trinche, porque me apasionó su realidad, a partir de conocer su historia y desde la primera vez que hablé con él. Creo que, al menos en este libro no podría haber escrito de otros personajes».

Por último, Ricardo Gotta se refirió al grandioso Trinche Carlovich, uno de esos «locos» que describe en el libro: «Es importante aclarar que siempre me identifiqué con el fútbol representado por la idea de Cesar Luis Menotti. Y fue el Flaco quien lo definió al Trinche como uno de los más grandes jugadores que vio en una cancha de fútbol. Eso sólo lo definiría. Pero además el Trinche, su historia, su juego, su trayectoria, sus actitudes, demuestran que representa lo más sublime de este juego que es el más maravilloso de todos los juegos. El Trinche es un símbolo de ello. Por eso intenté reconstruir su historia y por eso invito a leerla y a tratar de revivirla. Y también a comprender la relación que tiene con los otros jugadores de este laburo, todos emblemáticos números 7. Y descubrir, finalmente, la oportunidad que tuvo, un partido muy particular en el que el Trinche también usó ese número mágico en su camiseta».