El estadio Nagai de Osaka, con un marco espectacular de 15 mil hinchas riverplatenses, vivió una verdadera fiesta. River no la pasaba bien en la primera parte, le llegaban mucho y su arquero, Marcelo Barovero, lo había salvado en innumerables ocasiones.

Sin embargo, en el complemento, los conducidos por Marcelo Gallardo sacaron a relucir su chapa y se encontraron con el gol de Lucas Alario, a los 71 minutos, de cabeza luego de una fallida salida del guardameta japonés. Con esta ventaja, el Millo acariciaba la final del Mundial de Clubes y lo terminó aguantando, aunque sufriendo más de la cuenta.

Ahora, River irá en busca del título el próximo domingo, cuando choque contra el ganador de Barcelona—Guangzhou (a disputarse mañana desde las 7.30). El elenco catalán es el favorito para llegar a la definición del Mundial contra los argentinos.

Alario, el de los goles importantes

Lucas Alario continúa viviendo un sueño. El mismo jugador que llegó de Colón de Santa Fe, generando incertidumbre en la gente. El mismo que le dio la Copa Libertadores a River, y que ahora selló el pase a la final del Mundial de Clubes.

«En lo personal sigo viviendo un sueño, desde el día en que me tocó jugar la Libertadores y ganarla. Ahora el Mundial de Clubes, siempre veía esta competición por la tele y hoy la viví desde dentro», dijo Alario, de 23 años. Quien además agregó: «Siempre uno piensa en positivo, que alguna (pelota) va a quedar, gracias a Dios, pude convertir y sirvió para ganar el partido».

De la mano del Muñeco…

El entrenador de River, Marcelo Gallardo, se refirió a la victoria de su equipo contra Sanfrecce y admitió que “lo que se viene es hermoso, lo vamos a disfrutar”, en alusión a una hipotética final contra Barcelona.

«El objetivo era poder jugar la final y siento satisfacción por haberlo cumplido. No fue fácil, hubo mucha ansiedad y nervios, y además enfrentamos a un buen rival que venía con más ritmo de partidos que nosotros», analizó el Muñeco.