En el día mundial de la Esclerosis Múltiple, Conclusión dialogó con Román Luna, un ejemplo de superación permanente y un gran apasionado del deporte, que le devolvió las ganas de vivir. La enfermedad no tiene cura, pero sí tratamiento, y el running fue un punto de partida para el protagonista de esta historia.

Román fue diagnosticado con EM; una enfermedad en el sistema nervioso que lesiona la camada de melina que rodea y protege las células nerviosas, y contó su historia: «Todo se inicia a fines de 2017, cuando empiezo a darme cuenta que necesito ayuda y que solo no podía, entre en un estado de depresión y mi psicóloga me mandó al psiquiatra, y a principios de 2018, cree el proyecto «Hoy puede ser un gran día», motivado en la canción de Joan Manuel Serrat, que tuvo el placer de conocer personalmente».

«El proyecto se basa en cuatro pilares, el deporte, la comunicación, la salud y la motivación. A partir de ahí, comencé hacer running, con autorización de los profesionales que me atienden, y en el 2018, corrí cinco carreras de 10 kilómetros», dijo Luna.

La actividad física le devolvió el autoestima que había perdido con los años: «Con el deporte volví a resurgir, porque cuando dejé de jugar al fútbol, parte de mi se había muerto (jugó en las inferiores de Newell’s y River),encontré una nueva forma de vivir, y me ayudo mucho a paliar diferentes síntomas que tiene la esclerosis múltiple, y también fue una ayuda desde lo emocional».

«En el running encontré la parte que estaba frustrada en mí tras haber dejado el fútbol, yo me siento un atleta, me reencontré con el primer amor, con el deporte, la actividad física. Queda claro que se puede hacer deporte toda la vida, siempre hay una posibilidad, me invitan a presentaciones de indumentaria deportiva, yo tengo como sponsor a Reebok Argentina, tengo que cierta similitud a un deportista profesional», dijo sin titubear.

Román se aferró a la vida, al afirmar que: «Con el deporte, descubrí la capacidad de resiliencia, de reinventarme, nunca pensé que podría correr 15 kilómetros, ahora estoy preparando mi próximo desafío, para correr los 21 KM de Buenos Aires».

Por último, Román Luna dejó un mensaje para quienes atraviesan una situación similar: «Para aquellas personas que le den un diagnóstico de la enfermedad, lo primero es no desesperarse y ponerse a buscar información sobre la patología, porque hay info buena y mala. Si tienen la posibilidad de hacer alguna actividad física, que lo hagan de forma urgente, o cualquier actividad que genere una pasión y tratar en transformar lo negativo en positivo, buscarle el lado positivo de la vida.

«Mientras haya una luz de esperanza, mientras uno este vivo siempre hay posibilidades de tener una mejor calidad de vida. No hay que bajar los brazos, y se tiene que dejar ayudar, se necesita una contención emocional (los profesionales de la sicología), porque sólo con la familia no basta», afirmó con contundencia.