El 17 de enero de 2015 ya asoma en el horizonte de Rosario. Ese día la ciudad volverá a ser sede de una nueva edición del Dakar, la mayor travesía del deporte motor en el mundo. Esta mañana, en París, Etienne Lavigne, máxima autoridad de esta competencia, hizo el anuncio oficial de la próxima edición que partirá desde la Casa de Gobierno el 4 de enero y que regresará a Buenos Aires –el final de la carrera será en Baradero– dos semanas después tras recorrer 9.000 kilómetros por Argentina, Chile y Bolivia.

Rosario, que en este 2014 fue el escenario de la apertura de la competencia con una fiesta histórica para la ciudad con la presencia –según los organizadores– de 1.000.000 de personas en las calles el día de la largada, será sede del último campamento cuando los vehículos lleguen el 16 de enero procedentes de Termas de Río Hondo (Santiago del Estero) para luego, el 17, partir con destino a Baradero, donde se conocerá al próximo ganador en las categorías autos, motos, cuatriciclos y camiones. En la ciudad el bivuac estará enclavado en el predio del hipódromo Independencia, donde ya las autoridades locales trabajan para que todo esté en condiciones lo antes posible.

La travesía tendrá su ceremonia inaugural en Plaza de Mayo y su campamento en Técnopolis, donde regresará tras completar su séptima presentación en Sudamérica, que –además de la Argentina– incluirá el desierto de Atacama en Chile y Bolivia por segundo año consecutivo.

La Argentina volverá a ser escenario de la largada y la llegada, algo que no ocurría desde 2011, tres años después de que el rally llegara al continente, tras dejar su África natal por amenazas terroristas.

Una de las novedades salientes de la nueva edición será que por primera vez desde 2005, el 11 de enero las tres categorías, motos, coches y camiones, disputarán una etapa maratón de forma consecutiva, aunque en escenarios diferentes.

El objetivo de incluir a autos y camiones en las etapas maratón, que hasta ahora corrían las motos, es tornar más difícil la competencia, algo que le había adelantado hace un año el director deportivo de la competencia, el francés David Castera.

Las etapas maratón, en la que los corredores no reciben asistencia y no cuentan con sus equipos, serán en Salta, Uyuni (Bolivia) y Chile, reveló Castera durante la conferencia de prensa, en la que se anunciaron detalles de la competencia.

El 3 de enero los competidores partirán desde Tecnópolis, donde se montará el Village Dakar, hacia la fiesta inaugural en Plaza de Mayo y al día siguiente irán a Baradero para encarar la primera de las 14 etapas de la competencia. El 4 de enero la competencia dejará Buenos Aires y llegará a Baradero, donde se largará la primera etapa, que terminará en Villa Carlos Paz. Al día siguiente encararán para San Juan y veinticuatro horas después tendrán como destino a Chilecito (La Rioja), desde donde cruzarán a Chile por el Paso de San Francisco. Tras dejar el país trasandino y correr por Bolivia regresarán a la Argentina por el Paso de Jama; correrán por Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Santa Fe y Buenos Aires.

A su vez, los lugares elegidos para montar los campamentos en la Argentina son Villa Carlos Paz (Córdoba), San Juan, Chilecito (La Rioja), Salta, Termas de Río Hondo (Santiago del Estero) y Rosario.

En Chile, los campamentos se montarán en las ciudades mineras de Copiapó, Antofagasta, Iquique y Calama, mientras que en Bolivia se repetirá en Uyuni, tierras del majestuoso salar.

Bolivia, que el año pasado albergó solamente a las motos, sumará este año a los coches, aunque no los camiones.

«Hemos ganado en experiencia, pero era muy difícil acoger en Uyuni, a más de 3.600 metros de altura, a motos y coches al mismo tiempo. Hay problemas de seguridad que hay que tener en cuenta», afirmó Lavigne.

Los cambios también llegan para el día de descanso, ya que por primera vez se desdoblarán por categoría y los participantes no compartirán la misma jornada de relax.

Autos y camiones tendrán su recreo el 10 de enero, mientras que motos y cuatriciclos descansarán dos días después, aunque en ambos casos el lugar elegido es el vivac de Iquique, flanquedo por su imponte duna y por el Océano Pacífico.