Maxi no juega. Una contractura lo puso en duda y Osella prefirió preservarlo. Y está bien que el DT no quiera poner en riesgo al delantero siempre y cuando no cambie su idea de juego.

Reemplazar a la Fiera es imposible. No hay otro jugador similar, obvio. Pero la elección de Osella del sustituto debe dejar una señal hacia afuera. Esta nueva versión de Newell’s pos Clásico es más ofensiva, más generosa en la propuesta y es positivo que el DT haya asumido ese riesgo, aunque a veces, como con Banfield, el resultado no acompañe la idea.

Osella probó con Quignon, Mateo y Prediger, lo que hace meses hubiera sonado lógico a su idea. Pero finalmente parece inclinarse por el juvenil Fertoli, un jugador más ofensivo, que por características puede intentar ‘parecerse’ a Maxi.

Después, con el diario del lunes, diremos que el DT acertó, o llegarán algunas críticas por no haber tenido mayores cuidados frente a un rival que viene bien y juega en su casa. Pero eso no debería ser el punto. Salga bien o mal, el cambio que muestra Osella en cuanto a su propuesta, esa búsqueda de salirse de la zona de comodidad, es una buena señal. Y la ausencia de Maxi no debe ser un obstáculo para volver atrás.