El club Suderland, está enclavado en la zona oeste de la ciudad (Camilo Aldao 528) y hasta no hace mucho, vivía un ocaso irreversible. Sin embargo, desde 2014, un grupo de entusiastas dirigentes, le devolvier on el brillo de otras épocas.

Para hablarnos, sobre la resurrección de una típica entidad social rosarina, el presidente Jeremías Salvo, dialogó con Conclusión y repasó con orgullo, los notables cambios conseguidos en poco tiempo.

El principal dirigente de la institución de la zona oeste, empezó a enumerar los pasos que cumplieron para el renacer de Suderland: «A principio de 2014, un grupo de chicos comenzaron a trabajar para darle vida al club. Organizando jornadas de cine , alguna fiesta de carnaval e intentando reflotar la pileta. El tema era que existía una CD acéfala y peleada entre sus miembros, por lo cual era bastante limitado lo que se podía  realizar».

«A mediados de ese año,  luego de una asamblea de los socios y vecinos, pedimos la renuncia de dicha comisión y al no tener respuestas, comenzamos a juntar firmas y presentar las denuncias correspondientes en IGPJ (Inspección General de Personas Jurídicas). Mientras tanto, comenzamos a autogestionarnos fondos y se pintó la pista donde se practicaba sólo futsal. Además, se realizó el piso de lo que era una cancha de bochas abandonada, para utilizarlo como quincho y se creó la escuelita de futsal», afirmó Salvo.

Pero Suderland, tuvo una inyección económica vital, el gobierno provincial le otorgó un subsidio, que le dió el espaldarazo necesario para crecer: «En diciembre del 2014, luego de que el club fuera normalizado por la IGPJ, nuestra comisión debió tramitar todos los papeles del club, ya que no existía ningún libro, hacía un año que no se cobraba cuota societaria, el cuit se encontraba caído y las escrituras no existían. Una vez gestionado todo esto, se nos permitió entrar en el Plan ABRE, por lo cual se realizó un proyecto integral de remodelación del club. El subsidio recibido fue de $536.000 e incluía sólo la construcción del tingla do».

«Con fondos del club que se gestionaron mediante rifas y eventos, se realizó la demolición de parrilleros  del antiguo tapial y del ingreso. Y se construyó un cerramiento de 22 metros de largo por 5 de alto, con un portón nuevo, lo que nos brinda más seguridad para los chicos que están dentro del club. Gracias a esas obras y a la incorporación  de actividades deportivas y culturales logramos pasar de 113 socios a 507 en menos de un año», describió con satisfacción el presidente.

Salvo, también se refirió a la función social que cumples las entidades deportivas: «Consideramos importantes las obras realizadas, pero el logro mayor de los clubes de barrio como el nuestro, es poder brindar un espacio para los chicos y jóvenes. Donde se encuentren contenidos y mediante el deporte, se le inculquen valores fundamentales para vivir en sociedad».

Administrar con sentido común, fue una de las claves, para el resurgimiento de un club que parecía terminado: «Nuestra CD esta conformada por chicos y vecinos del barrio, creo que se logró un equilibrio entre la experiencia de los más grandes y las ganas de los más chicos. Y resulta fundamental el manejo de los recursos, más cuando son acotados, la cuota societaria de nuestro club es de $30 los mayores y $15 los menores, si no se administran con prudencia es imposible que los clubes de barrio subsistan».

Suderland revivió y sigue creciendo, el presidente, expresó sus sueños para el futuro: «Hoy por hoy, seguimos avanzando con el proyecto integral que se pensó allá por enero del 2015. En días inauguraremos la pista nueva de cemento alisado, donde se practicará fútbol de salón, tenis criollo, voley y arrancamos en breve con handball. Se comenzó con la construcción de una secretaria nueva y un pequeño salón multiuso arriba de la secretaría actual. Esto nos va a permitir trasladar el buffet para que se le pueda brindar un mejor servicio al socio».

Para concluir, Jeremías Salvo, repasó la historia reciente y demostró su satisfacción por los logros alcanzados: «Muchas veces, pensábamos cuando podríamos tener la cancha techada o una pista nueva. Hoy ver que todo esto se hace realidad es para muchos un sueño cumplido. Por eso nosotros seguimos insistiendo en que se debe generar sentido de pertenecía de las instituciones. La pertenencia de un espacio, hace que éste perdure en el tiempo, más allá de las comisiones directivas o de los gobiernos. Creo que ese es nuestro desafío, lograr que Suderland nunca más sea un club fantasma, que funcione solo como alquiler para eventos».

Comisión Directiva de Suderland:

Presidente: Jeremías Salvo

Secretario: Gabriel Lucero

Tesorero: Alberto Gonzalez

Vocal 1º: César Maturan

Vocal 2º: Pablo Ceriani

Vocal 3º: Luciano Castillo

Vocales suplentes: Diego Maturan, Rodrigo Segovia y Matias Nocera.

Revisor de cuentas titular: Ernesto Ceriani

Revisor de cuentas suplente: Melina Buscaroni