Por Enrique Genovar

Sin dudas le generará al Eduardo Coudet y a la dirigencia el mayor dolor de cabeza en este mercado de pases. La salida de Pablo Álvarez es inminente. Y sin dudas, será el jugador más difícil de reemplazar.

El grave inconveniente de salud de un familiar cercano obliga al defensor a tomar la decisión de dejar Central, ya que por la situación le resulta vital volver a instalarse en Capital Federal para estar cerca de su familia.

Álvarez es el único defensor que tiene, por ahora, el plantel auriauzul que puede jugar en cualquiera de los cuatro puestos de la última línea. Y conseguir un jugador así, en este libro de pases, le resulta casi utópico a cualquiera de los clubes que milita en el fútbol argentino y para el Canalla no será la excepción.

Un jugador con estirpe ganadora, con chapa de caudillo y con una encomiable entrega que supo ganarse el mote como de irreemplazable en Central. Un futbolista que se infiltró 17 veces para poder jugar un partido y que por lo que se estaba jugando el Canalla se ausentó de su casa cuando su familiar lo requería. Pablo Álvarez, un gladiador que se está a punto de irse…