Por Paulo Viglierchio

Rosario Central dio un pase adelante en la fecha 8 de la Liga Profesional. Tras lo que había sido una actuación muy pobre ante Unión en su última presentación, supo dar un giro radical en las formas y, como premio, no solo volvió a sonreír, sino que lo hizo de visitante, una condición en la que le cuesta mucho sumar puntos desde hace tiempo. Lo logró ante un buen equipo como Huracán, que si bien venía de recibir un golpazo por la eliminación de la Libertadores, no deja de ser un rival serio, sobre todo en su cancha.

Para esta presentación, el técnico Miguel Ángel Russo optó por el retorno de la línea de cinco defensores, y la apuesta le salió redonda. El fondo canalla tuvo mayor seguridad y estuvo ayudado por el compromiso del resto, factor clave. El conjunto auriazul salió a presionar bien arriba y buscó no dejar decidir al mediocampo quemero, que tuvo a sus mejores hombres tapados. El planteo y la estrategia sorprendió a su rival, que no supo como encarar el partido en ningún momento.

Central fue inteligente, aprovechó las enormes ventajas que brindó una floja defensa de Huracán, y pegó dos estocadas que resultaron letales. Con Malcorra como organizador y Veliz arriba de faro, el primer tiempo se trató de una clase de como sacar rédito de los espacios en el contrataque.

Así, el 10 canalla se lució y mostró lo mejor de su repertorio, con pases filtrados para los hombres de ataque y constituyéndose en el patrón de juego, ante un intermitente Campaz. El 9, por su parte, peleó, aguantó y ganó todos los duelos contra Tobio, además de un esfuerzo extra en correr para dar una mano hasta al mediocampo y ser un eslabón fundamental en la presión. La participación de ambos fue decisiva, con sendos golazos para cada uno, y estar buscándose constantemente.

También sobresalió la labor de Kevín Ortíz en la etapa inicial, quien volvió a ser ese jugador que se había convertido en el tractorcito del equipo cuando estaba Carlos Tévez al mando. El 5 tuvo corte, sentido de la ubicación y también distribuyó correctamente, a pesar de jugar al lado de un impreciso y lento Montoya. Central se fue al descanso ganando con contundencia y jerarquía, habiendo hecho una lectura correcta y ejecución perfecta de como a jugar el partido.

En el complemento, ya con menos ritmo y algunos jugadores cansados por el desgaste de la primera mitad, el Canalla se quedó y su rival, obligado por la desventaja, lo fue a buscar. Aún así, los dirigidos por Dabove no tuvieron ideas y Broun en ningún momento debió revolcarse. Los centros por compromiso de los hombres del Globo alcanzaron para que Quintana (otro punto alto) y Mallo se sacaran chichones de tanto despejar de cabeza. Como se dijo anteriormente, la última línea estuvo sincronizada.

A pesar de estar más replegado, Central no sufrió. Es más, de haber conectado con precisión algunos pases en las contras, pudo haber estirado la ventaja y estar tranquilo. La velocidad de Giaccone se mostraba como un arma interesante para explotar los espacios, pero el Canalla eligió defenderlo, donde también se destacó. Si bien el encuentro se volvió monótono, el resultado nunca estuvo en riesgo. Hasta el último minuto la sensación fue de seguridad total.

El equipo de Russo puso el golpe sobre la mesa y se plantó, en un momento en el que las dudas empezaban a surgir producto de que los resultados ya no respaldaban al juego. Esta vez dio vuelta la página y con practicidad, conociendo sus limitaciones pero también sus virtudes, buscando disimular las primeras y potenciar las otras, realizó una presentación más que aceptable  y se sacó de encima un partido chivo, de esos que permiten recuperar la confianza.

Ahora, la tarea será volver a recobrar el ánimo y sostener ese envión también de local, donde salvo con el Tatengue, en los anteriores encuentros se pudo quedar con triunfos. Consolidar con una victoria ante Gimnasia en casa sería importante para que los números empiecen a dar soltura y pueda verse todavía un mejor Central. El primer tiempo de esta noche en el Ducó debe servir como base para repetir acerca de lo que se quiere y seguir afianzándolo.