Otro partido de visitante para olvidar, Newell’s no pudo siquiera rescatar un punto, en un rendimiento que se fue desdibujando con el correr de los minutos, fue superado en el complemento, encontró el empate y se durmió en el final, para quedarse con las manos vacías.

En Avellaneda, el juego fue abierto, intenso, sin marcas en la zona de volantes, ambos equipos buscaban el arco rival. El dueño de casa intentó ganar protagonismo desde el arranque, en contrapartida, la Lepra esperaba agazapado y salía con inteligencia de contrataque y así generó varias chances para abrir el marcador.

Pero en el complemento, el Rojinegro cedió todo, pelota y terreno, el rival empezó a presionar y le empezó a cascotear el rancho al arquero Hoyos, que alternaba aciertos y errores.

Newell’s nunca pudo hacer pie en la etapa final y sólo había que esperar el momento en el que rival acertara una de las tantas llegadas.

Y llegó el tanto de Gómez, el Rojinegro estaba perdido, fue desbordado en todo momento. Pero el azar estuvo del lado del conjunto rosarino, porque de una pelota frontal aislada, el uruguayo May anticipó al arquero Arias, que se equivocó feo en la salida lejana a su arco y la Lepra parecía rescatar un empate, que parecía inmerecido.

Pero en el final, Racing se quedó con todo, en medio del malestar de su gente, un pase en profundidad, Newell’s no marcó porque no tenía 3, Martirena se metió en el área y con un disparo al primer palo (floja reacción de Hoyos), puso el 2-1 definitivo.

La Lepra fue competitivo en el primer tiempo, con altibajos, pero generando peligro, a pesar de los problemas que muestra en el retroceso.

En el complemento, se diluyó definitivamente el trabajo de Sforza y Gómez, que fueron borrados por el juego atildado de la Academia. No caben dudas, que el complemento que jugó el Rojinegro fue de los peores de la temporada, no tuvo juego, fue desbordado y parecía no tener reacción, de no ser por el tanto del empate.

Poco para rescatar de este partido, hubo buenos momentos de Méndez cuando atacó, Aguirre estuvo inconcluso, para considerar la aparición de May y nada más.

Newell’s necesita regularidad, en el juego estuvo en deuda, no tuvo tenencia y sigue exhibiendo errores en el retroceso, una noche para el olvido.