Por José Odisio

Juan Pablo Vojvoda será el piloto de tormentas en este final del torneo. El DT interino fue la solución lógica ante la sorpresiva salida de Diego Osella y les ahorró a los dirigentes un dolor de cabeza.

Vojvoda tiene el respeto y apoyo de los experimentados, la banca de los juveniles, un currículum intachable como entrenador de reserva y el apoyo de los hinchas para ir en busca de la clasificación a la Copa Libertadores en este tramo final. Y la realidad es que tiene más para perder que para ganar. Es que si el equipo se mantiene entre los cinco mejores, obviamente el mérito será de Osella, formador de este grupo, y no está mal que así sea. En cambio, si la Lepra queda afuera de la Libertadores, las críticas caerán sobre dirigentes, jugadores y no faltarán los que digan «Vojvoda lo chocó».

Pero el entrenador, campeón con la reserva, no pensó en beneficio personal. Le pidieron que se haga cargo y lo hizo. Sabiendo además que este paso fugaz por el banco de Primera puede dejarlo increíblemente sin su cargo en reserva. ¿Cómo? La realidad es que Vojvoda difícilmente vuelva a la reserva, en especial si Martín Mackey comienza a tener ingerencia en esa divisional. Y su idea no va a cambiar por un comunicado de Mackey dándole el aval para regresar.

En Newell’s hay cosas que se hacen mal. Los comunicados parecen ser la solución para no ir al frente, para no encarar el problema cara a cara. Lo hicieron los jugadores, también los directivos, y ahora se sumó Mackey, quien aseguró en el texto que le sugirieron no hacerlo… pero lo hizo.

La sensación es que Vojvoda hubiera preferido que el apoyo no sea en un texto subido twitter. Y en estos momentos tan decisivos, hablar de enojos, o continuidad no parece ser la mejor idea. Tampoco tener casi cerrado un técnico (Chocho Llop) cuando Newell’s debe enfocarse en diez días donde se definen cosas importantes, en lo deportivo y en lo económico. Y Vojvoda estará al frente del plantel en esta recta final decisiva, por eso merece respeto.