Por Walter Hugo

Después de una colorida y breve fiesta a toda tecnología, la pelota comenzó a rodar en el Morumbí. Como era de esperar, Brasil despachó a una cada vez más débil Bolivia, que tuvo apenas dos tibias llegadas en todo el partido.

Demasiado poco para el combinado local que abrió el marcador con un penal -VAR de por medio- para marcar en el arco las diferencias que se veían en el campo de juego. Enseguida llegó el segundo -otra vez Coutinho, en esta ocasión de cabeza- y el partido se transformó en la espera de cuántos goles podría anotar el scratch.

El primer tiempo había tenido el dominio neto de los locales, aunque no pudo concretar.El segundo tiempo se pareció a un entrenamiento de jueves. Bolivia ni siquiera mostró rebeldía en el campo. El ingreso de Everton le dio nuevos bríos y en una jugada de corte personal, definió con un derechazo alto para cerrar el tanteador.Los hinchas contentos, los organizadores también.

Pittana salvó el debut con un trabajo correcto.Se rompió el maleficio de la camiseta blanca de Brasil. Era su vestimenta histórica. Con esa indumentaria ganaron su primer título sudamericano en 1919. Justamente para la conmemoración del centenario de aquel primer festejo, adoptaron otra vez el blanco en su vestimenta. Había caído al ostrasismo luego del cachetazo de Uruguay en 1950.El uniforme blanco se hundió junto con el olvido del Maracanazo, esa herida abierta ¨per sécula secolarum¨ en la memoria colectiva de la selección con más títulos mundiales.

La amarilla se trepó a lo más alto de la consideración internacional, ganando la Jules Rimet en propiedad de la mano de Pelé y sus secuaces en 1958, 1962 y 1970 y cosechó los títulos de 1994 y 2002 para alcanzar el escalón más alto del podio.Porto Alegre nos recibió con una temperatura más alta de lo esperado.

Veinte grados y con sol toda la primera jornada. Demoras en el operativo de acreditación por el congestionamiento de periodistas que llegamos todos a última hora. Pero ya está resuelto el asunto. Transpirados pero felices. Dispuestos a los choques de hoy.

Primer turno para Venezuela – Perú en el arena de Gremio y el plato fuerte para nosotros en Bahía, con el debut de la albiceleste.¨Vou torcer por Messi e Aryenchina¨ nos dijo el taximetrista que nos llevó hasta el hotel.

Asombrados por tamaña declaración le preguntamos por Brasil y por Neymar, «es un tarado» nos dijo sin eufemismos. «Y Brasil no será campeón».Le pagamos el viaje y le dejamos una buena propina. Y rogamos a Dios que lo escuche en su vaticinio.Ya estamos aquí y el colorido de la Copa nos tiñe el corazón. Ahora la pelota tiene la palabra. Escuchemos a ver qué historia tiene para contarnos.