La seguridad de los Juegos Olímpicos que se disputarán el año próximo en Río de Janeiro, estará a cargo de 85.000 efectivos de las fuerzas del orden, incluidos 38.000 militares, más que el doble desplegado durante la edición de Londres en 2012.

Para elaborar este plan, las autoridades brasileñas se valieron de la experiencia de otros megaeventos, como la cumbre ambiental de la ONU Rio+20 en 2012, que reunió a representantes de 191 países por 10 días; la visita del papa Francisco y tres millones de feligreses en la playa de Copacabana un año después; y los partidos, incluidas las finales, de la Copa Confederaciones 2013 y el Mundial 2014.

Sólo en Río de Janeiro trabajarán durante los Juegos Olímpicos (5 al 21 de agosto 2016) 47.500 efectivos, entre policías militares, guardias municipales, bomberos y efectivos de la guardia nacional, un cuerpo de élite que depende del Ministerio de Justicia y que aglutina a policías de otros estados del país.

Los 38.000 militares -un número que podría aumentar- estarán desplegados además de Rio, en las otras cinco ciudades que recibirán partidos de fútbol: Sao Paulo (sudeste), Brasilia (centro-oeste), Belo Horizonte (sudeste), Salvador (noreste) y Manaos (norte).