El escritor y periodista Enrique Symns, secretario de redacción de la revista “El Porteño” y fundador de la icónica “Cerdos y Peces”, una de las publicaciones más importantes del regreso de la democracia, murió este jueves a los 77 años.

“Solo quiero morirme lo antes que pueda, no sé cómo se hace, parece fácil morirse, pero es mentira, a mí me está costando”, decía Symns hace algunos años en una entrevista.

A lo largo de su vida, Symns se destacó por su estilo literario singular, que combinó técnicas de la literatura de ficción con el periodismo, lo que lo posicionó como uno de los escritores más importantes del “periodismo gonzo” en Argentina, cuyo fundamento principal es la subjetividad, llevada al extremo de que el observador se convierte en actor y se involucra activamente en lo que está describiendo, lo que hace que su relato esté íntimamente ligado a su propia perspectiva. El escritor, además, fue un destacado cronista de la llamada cultura urbana y el under porteño especialmente en la década del ochenta.

“Partió mi amigo hacia el más allá. Falleció hoy Enrique Symns, el irreverente periodista que marcó a fuego a toda una generación a base de un periodismo distinto, contestatario en plena década del 80, enfrentado a toda la carga que aún dejaba secuelas tras una nefasta dictadura militar”, tuiteó Sebastián Duarte.

“Él rompió con el contexto. Periodismo de calle, fuera de lo convencional incluyendo a los más discriminados dentro de una sociedad pacata: la gente de la calle, la noche profunda, los sótanos, las travestis, los actores y actrices, los músicos por fuera de los márgenes de establishment, el arte retorcido y liberador fue lo que defendió y lo que difundió”, agregó, antes de detallar que “la diabetes” fue el “gran demonio” de Symns, “que lo perturbó durante años” y que “los excesos no ayudaron, dejando expuesto a un cuerpo castigado”.

Symns había nacido en Lanús en 1945, vivió en Brasil y Europa antes de volver a la Argentina para sumarse a “El Porteño”. Se especializó en la cultura under y desarrolló un estilo más exacerbado del Nuevo Periodismo, que tenía como gran figura en Estados Unidos a Hunter Thompson.

De acuerdo a distintas biografías, Symns fue criado por sus tíos en Monte Grande y en Lanús, hasta que a los trece años se mudó con sus padres a Barracas, Buenos Aires. Además, conoció a sus progenitores antes de saber que lo eran en realidad, ya que era hijo extramatrimonial de su padre y tuvo que esperar a que la esposa de éste falleciera para poder vivir con ellos bajo el mismo techo.

Symns fue un hombre polifacético que desempeñó diversas actividades en el mundo cultural. Además de su labor como periodista, escribió novelas y biografías de músicos y compositores de rock latinoamericano, como Charly García y Spinetta. También se destacó como actor de teatro, con participaciones en obras como “La Isla Desierta” de Roberto Arlt y “Vestuario de hombres” de Rodrigo García.

Como polemista construyó su propia leyenda, afirmando que aprendió a leer siendo adulto y que su primer acercamiento a la lectura fue a través de la filosofía. Desde temprana edad, tuvo un manejo experto de las armas de fuego y se involucró en actividades delictivas colaborando en robos. En su opinión, vivió en los mejores países del mundo, incluyendo España, Brasil y Colombia.

Symns nunca terminó la escuela secundaria, trabajó en diversos lugares a lo largo de su vida, incluyendo una experiencia en el restaurante del Hotel Sheraton en Mar del Plata. Fue allí donde comenzó a robar, lo que le permitió triplicar su sueldo. Durante este tiempo, también tuvo una relación fugaz con Arturo, un linyera gay.

En la década de 1980, fundó la revista “Cerdos & Peces”, que se convirtió en un referente cultural en Argentina gracias a su estilo marginal despojado de convencionalismos que anticipó la ola de destape de la apertura democrática. Publicó crónicas periodísticas en esta y otras revistas que fueron recopiladas en su libro “Invitación al abismo”, dentro del subgénero de “periodismo de ficción”.

“Cerdos y Peces” funcionó entre 1983 y 1987 y después tuvo reediciones esporádicas. Contó con las plumas de Ricardo Ragendorfer, el Indio Solari (que escribía bajo seudónimo;), Tom Lupo, Pipo Lernoud, Osvaldo Baigorria, Lalo Mir y Alfredo Rosso, entre otros.

Symns también formó parte del popular grupo Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota como monologuista durante la década de 1980, presentando sus shows junto a bandas como Los Piojos, Bersuit Vergarabat y Caballeros de la Quema.

A lo largo de su carrera, el periodista colaboró en diversas revistas como Eroticón, Fin de siglo, El cazador y La Maga. También fue prosecretario de redacción de Satiricón, jefe de redacción de El Porteño y redactor de los diarios La Voz y Sur.

Con su icónica “Cerdos & Peces” sumó un total de 59 ediciones entre 1984 y 2004. En 2021 se publicó un número final especial en homenaje a Symns, y en 2022 el Archivo Histórico de Revistas Argentinas (AHIRA) digitalizó la colección completa de la revista y la publicó en su web de descarga gratuita.

Symns cuenta con una amplia producción literaria. En 1987, publicó su novela “La banda de los chacales”, seguida de “En busca del asesino” en 2005 y “Big Bad City” en 2006. Además, ha incursionado en la biografía, escribiendo “Páez” en 1996, una obra que relata la vida del músico y compositor Fito Páez, y “La última canción” en 2002, una biografía del grupo de rock chileno Los Tres. En su autobiografía “El señor de los venenos” (2004), Symns cuenta sus vivencias y experiencias en la subcultura argentina.

En cuanto a sus ensayos, escribió “Odio los libros” en 1992, prólogo a la edición de Los Redondos, y en 1993 escribió el prólogo de la compilación “Bukowski: 100 Poemas”.

En el ámbito del teatro, escribió “Un guion para Tinelli” e “Invitación al abismo”. Symns también se ha destacado en la escritura de monólogos, entre ellos “Soy un virus” en 1991, “Recuerdo de un vagabundo”, “Un extraño día”, “La pecera envenenada”, “Una noche perfecta” y “Relatos de un hombre extraviado: 64 años bajo el sol”.

En 1995 publicó “Invitación al abismo”, una selección de textos periodísticos y literarios, y en 2002, “La vida es un bar”, reeditado en 2008 por El Cuenco de Plata. En 2013, publicó “Senderos extraviados: crónicas y entrevistas al límite”, y en 2019, “Fantasmas de luz: crónicas malditas de márgenes y fronteras”, una selección de textos periodísticos y literarios seleccionados por el periodista Rodolfo Palacios. También incursionó en el mundo de los videoclips, escribiendo el guion y la letra de “Soy un virus” con música del grupo uruguayo La Tabaré en 2004, y en 2018, escribió “Un brindis de piratas” con música de Miguel Molins.