Por Santiago A. Fraga

La salida del disco “Bach” en 2018 cambió por completo la existencia de Bándalos Chinos. Dos años antes, en 2016, salían de gira por primera vez y tocaban en Rosario ante un público cenando, disperso, distraído. Dos años después, en 2020 y más precisamente este sábado, la ciudad los encuentra protagonizando su fecha en Sala de las Artes instalados como una referencia de la movida musical nacional actual.

En el camino, la banda de Béccar transitó diez años (casi once) de jugar con la música y encarar un proyecto que aún los encuentra unidos y con un reconocimiento que va en sostenido crecimiento, de la mano con una escena que continúa ganando potencia, con bandas con ideas frescas que rescatan sonidos del viejo pop, el funk y el rock para conjugarlos con las herramientas y los lenguajes actuales.

Desde las 21, Bándalos Chinos se estará presentando este sábado 22 de febrero en la Sala de las Artes (Suipacha y Güemes), y en la previa del show Conclusión dialogó con Goyo Degano, cantante de la banda, sobre todo este proceso vivido, el nuevo disco que en pocos meses saldrá a la venta, sus viejas llegadas a Rosario y los aprendizajes que el repentino crecimiento les ha dejado.

En ese sentido, Goyo manifestó que tienen “muchas ganas de ir a devolverles un poco de música” a sus seguidores rosarinos, y que este comienzo de 2020 los encuentra parados firmemente, siendo conscientes de todo lo que han vivido.

La enorme repercusión que trajo “Bach”, con críticas positivas y negativas pero en especial con un alto nivel de difusión, alcance y recepción del público, los hizo crecer en estos últimos dos años más que en todos los anteriores. En sus palabras, Degano sostiene que sintieron “muchísimo el vértigo de ese cambio contundente”, pero que a su vez eso les trajo “muchísimo aprendizaje” y que entendieron el proceso de “profesionalizar un poco un proyecto amateur”.

Esto último fue uno de los más grandes desafíos que vivió la banda. Cómo empezar a entender la música como un trabajo serio, del que se puede vivir, y cómo profesionalizar todos esos años de toques entre amigos sin sentir que se estaba perdiendo la magia que, en cierta forma, es también la que los llevó a este lugar y la que les dio identidad. En este proceso tuvo mucho que ver, también, la mano del músico, productor, actor y director Adán Jodorowsky.

“El principal desafío y aprendizaje que tuvimos fue eso, bajar los pies a la tierra y seguir conectando entre nosotros”, aseguró el cantante, al tiempo que adelantó que el nuevo disco, ya grabado y en proceso de masterización, fue encarado de una manera mucho más ordenada y profesional que lo que hicieron con “Bach”, y que eso se nota.

– ¿Cómo palpitan el show en Rosario?

– Con mucha expectativa la verdad, porque hace mucho tiempo que vamos a tocar a Rosario, que lo intentamos, y la verdad que en el último tiempo nos ha empezado a ir bien, nos ha empezado a seguir gente, así que tenemos muchas ganas de ir ahí a devolverles un poco de música.

– ¿Se acuerdan cuándo fue la primera vez que vinieron a la ciudad?

– Me acuerdo que fue la primera gira de Bándalos Chinos. Fue la primera vez que salimos de gira, y fuimos a un lugar que no me puedo acordar exactamente cómo se llamaba pero sí recuerdo muy bien que había una dinámica así como de cena-show, donde la gente estaba comiendo milanesa con fritas a caballo mientras nosotros tocábamos y nadie nos había ido a ver a nosotros. Por razones lógicas, era nuestra primera excursión a Rosario. Así que fue una situación bastante graciosa para nosotros estar ahí tocando nuestras canciones mientras sopaban la papa frita en el huevo frito. Eso si no me equivoco fue en el 2016, y ahí también conocimos algunos músicos muy buena onda que después con el tiempo nos volvimos a cruzar, como por ejemplo Julio Franchi o distintas bandas que después fueron tomando distintas formaciones. Fue linda la experiencia de arrancar ahí. La gira de Bándalos Chinos arrancó en Rosario. (NdR: Goyo se refirió al show del sábado 5 de marzo de 2016 en McNamara junto a Muñecas Rusas).

– De 2016 ya van a hacer cuatro años. El proyecto de la banda tiene unos diez años, ya para once, pero fue en los últimos años, sobre todo con la salida de Bach, que comenzaron a expandirse de forma notable. ¿Sintieron ese vértigo de cómo cambiaron las cosas?

Sí, hemos sentido muchísimo el vértigo de ese cambio contundente que nos generó Bach, porque el proyecto tiene diez años pero a partir de la salida de ese disco creo que se dio el crecimiento exponencial más fuerte, y la realidad es que en ese sentido nos trajo muchísimo aprendizaje, nos la pegamos contra la pared en un montón de situaciones, porque estábamos verdes respecto a producción, a decisiones de a dónde ir a tocar o cómo hacerlo, y la realidad es que nos ha traido muchísimo aprendizaje y nos ha dado un montón de oportunidades. Sin dudas nos ha hecho crecer la salida de Bach, y poder establecernos desde un lugar distinto. Siento que fue positivo todo lo que nos trajo.

– Ahí lo mencionabas un poco, pero cuáles serían esos aprendizajes que más les quedaron, pero sobre todo pensando en lo que grabaron ahora y que va a salir próximamente.

– De algún modo nosotros somos una estructura familiar: hay dos pares de hermanos, nos conocemos desde los diez años, tocamos siempre juntos, y tiene cierta magia eso. El hecho de empezar a profesionalizar un poco un proyecto amateur, de algún modo nos hizo sentir que se estaba empezando a perder esa magia, y creo que el principal desafío y aprendizaje que tuvimos fue eso, bajar los pies a la tierra y seguir conectando entre nosotros, viniendo a la sala de ensayo a zapar y a flashear un rato para conectar musicalmente, que es en definitiva lo que nos trajo hasta aquí. Con lo cual, ahí creo que hubo un desafío muy grande, que fue el de «no comerse la peli», como dice Louta.

– Y en esto también juega mucho la cuestión de ser independientes, de tener que bancarse todo entre todos.

– Sin dudas. En donde vos empezás a ser dueño de tus decisiones y no trabajas con una discográfica. Entonces, también esa inexperiencia a nivel discográfico te hace tomar decisiones que no están tan buenas, pero que nos sirven para aprender y seguir poniendo en valor el hecho de seguir siendo independientes. Sí trabajamos con un sello en México, un sello chiquitito, Boutique, que funciona más como estudio que como sello discográfico, porque seguimos marcando el norte nosotros, pero bueno, en ese sentido nos trajo mucho crecimiento a nivel producción, a nivel entender la industria. Yo no me olvido más de cuando armamos Bándalos Chinos ir a las charlas de los pequeños blogs que te explicaban cómo registrar tus temas en Sadaic, y así desde eso hasta cómo producir un show, todo lo que uno fue aprendiendo en el camino. Me parece que está bueno poner en valor eso, profesionalizar un proyecto amateur y de algún modo hacer que no pierda la magia pero que funcione y que nos sirva para poder dedicarle más tiempo a esto.

– ¿Cómo fue trabajar con Adán Jodorowsky?

– Trabajar con Adán fue una experiencia reveladora porque nos empujó hacia un lugar nuevo, nos cambió las reglas del juego y nos propuso encarar la producción y la composición desde un lugar distinto al que veníamos. Nosotros estábamos más enfocados en la producción de las canciones, y Adán nos hizo volver al foco de la canción en sí. Para Bach nos hizo llegar al estudio con los temas solamente en guitarra y voz, y eso nos hizo indefectiblemente ponerle foco a la armonía, a la melodía y a la letra. En ese sentido fue un aporte gigante, porque además nosotros al ser una banda de seis cabezas-humanos-ideas, generando cosas, le dimos la potestad a él de ser el líder que defina, el DT, y eso también nos sirvió para alivianar rispideces y lo duro que era el trabajo de estudio.

– ¿El próximo disco también lo trabajan con él?

– Ya está grabado y lo produjimos con él. Estuvimos en enero, volvimos a Sonic Ranch, y la realdad es que estamos muy contentos con lo sucedido. Todavía el material se está mezclando, son diez canciones que van a salir en un disco en agosto y de las que iremos sacando sencillos a lo largo del año. Fue como la experiencia de Bach pero con conciencia. Así lo siento. Bach fue una especie como de espacio onírico en el tiempo en donde estuvimos escupiendo para afuera, y acá en la grabación de este nuevo disco fue como un poco más a plomo, día por día, y nos tomamos tres días en el medio para escuchar y descansar las orejas. Hubo como mucha más conciencia a la hora de laburar esta vuelta y fue más experimental también en ese aspecto.

– ¿Musicalmente va a venir también por este mismo lado de Bach o estas nuevas formas de meterse en el estudio terminan influyendo?

– Sí, influyó bastante. Obviamente que hay canciones que sí se pegan bastante a la estética de Bach, pero también hay temas que van en otra dirección. Nos animamos a experimentar también con otros géneros, con música de otras épocas. No te quiero spoilear demasiado, pero hay cuestiones más 50’s, 60’s, otros acercamientos que son más 70’s, 80’s, de repente hay cosas más dosmileras… como que nos animamos a jugar con eso, cosa que en Bach no, y creo que eso también es un poco más divertido y genera un disco más ecléctico.

– ¿Cómo ves desde tu lado lo que se está formando en la música en Argentina? Esta escena más reciente.

– Lo veo como un colectivo de artistas muy libre que de alguna manera estamos dejando nuestra huella. Me parece que tenemos el privilegio de formar parte nosotros de todo este colectivo, y es increíble lo que está sucediendo porque además se está empezando a generar ruido en el interior de nuestro país, se está empezando a federalizar la movida, estamos empezando a viajar las bandas a otros países con nuestra música, y me parece que eso forma parte de una generación en la que todos trabajamos y empujamos con fuerza hacia el mismo lado. Lo veo como un momento muy lindo para la música en donde se pone en valor de vuelta la libertad, donde cada uno puede expresarse y donde el público termina decidiendo, que me parece que son los principales actores en todo este juego.

– Incluso tiene que ver también mucho el tema del acceso a Internet, Spotify, etc.

– Sin dudas, nosotros somos hijos de Internet. Gracias a Internet podemos ser una banda independiente en 2020, tenemos nuestra sala de ensayo y salimos a producir nuestros shows por Argentina. Sin Internet, nosotros no podríamos estar aquí y además tampoco habríamos tenido la oportunidad de escuchar… no sé, en el mismo momento en que salía el disco de Tame Impala en Australia escucharlo acá. Poder tener esa cosa de poder estar en contacto con lo que sucede en todos lados, y dejar de regirnos por viejas normas.

– ¿Cómo fue participar del festival de Amnistía Internacional? ¿Sienten un compromiso como banda con estas luchas y causas?

– Fue muy lindo porque nos sentimos muy orgullosos de que nos hayan invitado a formar parte de un festival de Amnistía Internacional, que es una ONG que aboga por algo tan importante como son los derechos humanos. Lo cierto es que lo vivimos como un privilegio. No tendemos a formar parte de esas cuestiones, y en ese sentido creo que fue lindo poder sumar nuestro granito de arena y entender también cuál puede ser nuestro aporte. En este caso no era dar ningún mensaje más que acercarle a al gente que nos escucha la propuesta y lo que tiene para contar y decir Amnistía Internacional. Creo que lo lindo de esto fue poder unir fuerzas con Amnistía y que la gente que nos escucha pueda recibir ese mensaje, como ser ese nexo entre la gente que nos escucha y organizaciones que abogan por cuestiones que nos representan, pero no tanto desde la música y desde nuestra comunicación plantar un mensaje sino a partir de estas redes y estos puentes que se pueden llegar a tender con organizaciones que puedan representar mejor y de una manera más práctica estas ideas.

Bándalos Chinos se presentará este sábado 22 de febrero a las 21 en la Sala de las Artes. Las entradas anticipadas pueden conseguirse en Amadeus Rock (Córdoba 1369, local 9), La Daga (San Martin 987, subsuelo) y online a través de www.entradaplay.com (si la compran por este método, recuerden que no es necesario imprimir la entrada, ya que en puerta se la escanearán directamente desde tu celular).

Fotos: Instagram de Bándalos Chinos