Por Ariana Robles

Cristian Bravo dirige «Estigma», una obra en la que la danza y la acrobacia son las piezas fundamentales de esta propuesta. El director habló con Conclusión acerca de este espectáculo que se presenta éste sábado en «La Sonrisa de Beckett» (Entre Ríos 1051) a partir de las 22.

-¿Cómo surgió la idea de éste espectáculo?

-«Estigma» nació desde la necesidad de dejar de hablar, de empezar a expresarme de otra manera y elegimos como medio de comunicación al cuerpo. Así surgió digamos, buscamos otra manera de comunicar las cosas y creemos que un gesto dice más que mil palabras.

-¿Podés contarnos un poco la historia del espectáculo?

-Yo creo que el ser humano es el arma más mortal de la Tierra, entonces en la obra lo que está representado es la maldad, porque creo que es el sentimiento más latente que tiene el ser humano. Por ejemplo si vemos que se cae alguien en la calle, la mayoría se ríe y no va a ayudarla, o primero se ríe y después va a asistirla. Con este ejemplo yo tomé para representar la maldad. Y después tomé los elementos de la Tierra: aire, agua, fuego y, obviamente, la tierra. Habla sobre el ser humano que es el arma más mortal sobre la Tierra, que expande su peor sentimiento.  Lo que hacemos es invitar a la gente a que tenga un viaje con la conciencia.

-Eso es a lo que iba a que buscan generar conciencia sobre que el hombre es el arma más mortal de la Tierra, por todo lo que pasa.

-Claro, nosotros le decimos a la gente que siempre caminamos muy de prisa y las cosas también pasan muy de prisa. Nos estamos olvidando de escuchar, de oler, de sentir y es hora que tomemos un poco más de conciencia, con éste mensaje comienza el espectáculo. De ahí vemos como el hombre se maneja con estos elementos que nombré y lo que pasa cuando los elementos se cansan de perdonarlo. Empecé a ver videos de catástrofes mundiales y bueno los elementos toman «venganza» por como los maltrata el hombre. El show rompe la cuarta pared y tiene danza, acrobacia aérea en telas, trapecio y contorsiones, tiene un despliegue copado.

-La gente está acostumbrada a ver otros estilos como revistas o café concert ¿cuál es la respuesta del público frente a esta obra?

-Al principio del año pasado nos costó, llega un momento en el que al final se hizo un silencio y después hubo muchísimos aplausos (risas) fue raro. Le conté la experiencia a un coreógrafo cubano y le dije que si pasa eso está bueno. Una vez que la gente asimiló la idea, empezó a aplaudir. No hay referencias de espectáculos similares, no tenía donde agarrarme y decir «copio», fue prueba y error y funcionó un montón gracias al boca a boca. Vamos a seguir un tiempo más y por suerte se llena cuando hacemos la obra.

-¿Crees que hace falta más de este tipo de propuestas en la ciudad?

-Sí, creo que hace falta más propuestas y gente que te de una mano más. Que se apoye siempre a lo mismo o con los mismos. Trato de dejar un mensaje cuando hago mis espectáculos, sean infantiles o de adultos. Creo que falta mensaje y contenido, vivimos en una época donde estamos necesitando dejar una enseñanza y un aprendizaje. La gente está carente de todo eso.

-También que la gente reflexione con esas obras.

-Tal cual como que la gente está acostumbrada a más de lo mismo sea en comedia donde van a aparecer las chicas en tanga o cuando van a matar a un protagonista. Creamos esto para que la gente no se distraiga.