Por Federico Morel

La historieta o el comics argentino ha formado parte del desarrollo cultural de diferentes generaciones amantes de estas publicaciones o revistas que han reflejado el contexto social y político de los tiempos en que se han desarrollado.

Cientos de autores, editores e historietistas conforman una comunidad de trabajadores de este arte, el cual no ha tenido una industria fuerte que pregone y sostenga económicamente el potencial que existió y que existe en nuestro país. Muchos de estos artistas han sido captados por diferentes empresas internacionales dedicadas al desarrollo y producción de comics e historietas, como pueden ser Marvel o DC en Estados Unidos, como también en países de Europa, debido a la oferta laboral que allí existe.

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La industria más fuerte de comics a nivel mundial es la japonesa, que con el manga logró llegar a todo el mundo, utilizando también los medios de comunicación como puente para los consumidores de este producto.

En Rosario existe un centro cultural alternativo llamado Unión Generaciones Otaku Rosario, que realiza reuniones, talleres , encuentros, muestras y proyecciones.

El grupo,conformado por personas que comprenden la necesidad de reivindicar el trabajo de los autores locales y nacionales, actualmente desarrolla su actividad por el momento en el Galpón de las Juventudes y el Centro Cívico Nodo Rosario. Pero se encuentra buscando un espacio propio, donde funcione un Museo de la Historieta Argentina, el cual, si bien, fue declarado de interés municipal por el Concejo de Rosario, aún no cuenta con lugar.

«El proyecto de un espacio propio es un deseo de toda la comunidad friki/otaku de Rosario y esta pensado para toda la gente de la ciudad que lleve dentro este gusto por la cultura o subcultura pop. El Museo de la Historieta está pensado para las comunidades y también para todos los ciudadanos que quieran ver la muestra cultural y ser parte de ella ya sea como espectador ocasional o parte de las comunidades que nos componen», señalaron desde el grupo.

 

Andrés Bravo, miembro de la entidad rosarina, puso en contexto la realidad de la industria de la historieta y el comics en nuestro país. «Hoy por hoy, con todo lo que abrió el comics a nivel mundial, tanto en Japón como en Estados Unidos, está haciendo una incursión muy fuerte, tanto sea por las películas o por la animación, que gracias a internet es algo más habitué», mencionó el especialista en diálogo con Conclusión.

Al consultarle sobre la comunidad Unión Generaciones Otaku Rosario, dijo que son «un grupo que venimos promoviendo eso desde la época del VHS con todo lo que es proyecciones en cine y tomando referentes como Miyasaki, con Mi vecino Totoro, con la Princesa Mononó que hoy está tan fuerte en relación a lo que pasa con la quema en las islas, es para nosotros un mensaje desde el animé de como concebían el avance social y cultural».

Y agregó que «el comics refleja al héroe como emblema de norteamérica y el animé con lo que refleja Miyasaki de la cultura asiática, buscamos promover como cultura y como un espacio artístico, todo lo que es la historia cultural de Argentina«.

 

Sobre la realidad de la historieta argentina, Bravo expresó: «El comics nacional estuvo siempre relacionado a la realidad social y a la influencia cultural de otros lados, pero siempre reflejo políticamente el status del momento. Nosotros a diferencia de otros lugares que tienen tiradas semanales, siempre hicimos historias conclusivas, como el caso de Nippur de Lagash, que siempre tomo partes históricas de la Argentina y trató de basarlo en la ciencia ficción. Creo que al ser un producto comprometido con la realidad y no tener un público que tome como valor cultural la historieta, siempre pasó desapercibido».

En Argentina son cientos los autores que deben trabajar para otros países por la falta de oportunidades o plataformas que sostengan este trabajo. Al respecto, el gestor cultural mencionó que «tenemos muchísimos autores y dibujantes importantes que hoy por hoy trabajan afuera porque no hay una política cultural que pueda apoyar esta iniciativa. También al ser un reflejo social, como la música o los nuevos géneros como el trap, siempre cuesta aceptarlo y queda como marginado por el hecho de que la gente esta acostumbrada a los géneros clásicos o a las artes clásicas como a la pintura o el cine».

 

«La mayoría de los autores están hoy por hoy haciendo sus proyectos autogestivos ya que por ejemplo en el caso de las revistas no hay ninguna editorial que podría apoyar esta iniciativa. Tampoco hay revistas que estén referidas del ámbito nacional a estas expresiones, como fueron Anteojitos o Billiken, que fueron desapareciendo gradualmente«, adjuntó.

En relación al proyecto del museo, Bravo explicó que lo que intentan con el mismo «es volver a refrescar eso y darle la importancia y el reconocimiento que se merecen. A los autores de ahora se les hace muy difícil publicar con llegada al público, por más que las redes acerquen al todo el mundo se hace difícil tener el empuje que tienen otras producciones».

Para el joven, «estamos a nivel internacional pero no hay un reconocimiento de ese trabajo como tal. Muchos artistas argentinos están trabajando afuera, para DC o Marvel, por el hecho de que no pueden trabajar acá y sostener una familia con un monto de dinero que se gana, y encima no tenemos una editorial fuerte como la de ellos. Son años y años que se van a tener que trabajar».

Los rosarinos consumen historietas

Por su parte, Alejandro Radeff, quien es dueño de Milenario Comics y organizador de eventos referidos a los comics, contó que en Rosario hay un gran público de consumidores de historietas. «Nosotros empezamos en 1990, primero teníamos de todo y después lo fuimos llevando hacia la historieta, incluso después de los 90 empezaron a aparecer más historietas acá en la Argentina», expresó el vendedor.

 

Para Radeff  «el consumo fue cambiando mucho, de hecho ahora se consume mucho manga, lo que es historieta japonesa, pero ahora también hay muchas editoriales de historietas argentinas, lo que también hace que la historieta argentina se conozca o se rescatan obras de los 70 como El Eternauta o cosas de Fontanarrosa, o de Enrique y Alberto Breccia«.

En relación a la historieta argentina, el organizador de eventos explicó que «es muy amplia y tenemos muchos autores muy importantes, incluso en Rosario tenemos autores que están trabajando para afuera, para Europa, para Estados Unidos. Hay editoriales chiquitas tanto en Rosario como en Argentina, lo que está bueno porque se edita mucho material de autores o artistas noveles y se puede hacer conocidos mediante esas publicaciones».

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En Rosario existe un público necesitado de consumir comics e historietas. Radeff comentó que «hay muchas personas que buscan historietas. Hay personas que buscan historietas más de culto o de colección, está por salir una de San Martín que es inédita dibujada por Alberto Breccia. Por ejemplo, El Eternauta siempre es buscada, se sigue reeditando, se sigue consumiendo. Lo que más está en auge es el comics manga, hay más de 500 títulos que se editan en Argentina y miles más que se editan en Europa, en Estados Unidos y en Japón mismo».

«Se consume mucho manga e incluso desplazó al comics de superhéroes como Batman, Superman. Hay muchas obras que se reeditan y se siguen vendiendo. El comics es como la novela o como el cine, hay dramática, para adultos, para chicos, es para muchos públicos«, añadió el titular de Milenario.

En relación al trabajo autóctono del rubro, Radeff concluyó: «si bien es una industria chica, nunca se durmió y va en crecimiento. Tiene sus altibajos. Ahora creo que hay muchas editoriales que editan materiales muy buenos y de muy buena calidad y eso ayuda a que la historieta argentina se siga consumiendo«.