Che Joven, la formación liderada por Pablo y Marino Coliqueo que irrumpió hace 24 años con letras comprometidas y una cepa folclórica, se despedirá de los escenarios el domingo próximo por la noche en un teatro de la ciudad de Buenos Aires.

«La situación socio-económica nos empuja a tomar otras decisiones. Uno de nosotros se va del país. Los músicos no estamos exentos de esta realidad y aquellos que tenemos un nivel de difusión intermedia somos tal vez los más condicionados», reflexionó Pablo Coliqueo.

Che Joven nació con la vocación por recopilar sonidos heredados de la cultura mapuche. Con los años, los músicos profundizaron su inquietudes, a la vez que ampliaban su horizonte musical, con la investigación de la música de otros pueblos precolombinos de América Latina y la influencia afro-rioplatense. También avanzaron hacia una música de fusión incorporando instrumentos eléctricos. «Nuestro sonido ha ido transformándose, pero en forma muy paulatina. Nada fue abrupto», sintetizó Coliqueo, cantante y guitarrista de la formación.

«Gente» (1999), «Música de la Tierra» (2005), «El Bondi Cultural» (2009), «Nuestro Mensaje» (2015) y «Piwke» (2017) son los discos publicados por el grupo.

«El concierto en Buenos Aires es el inicio de una despedida, forzada por las políticas culturales que existen en la Argentina. Será un repaso de las canciones del último disco y un regalo de algunas canciones que no están grabadas en un álbum pero que se divulgarán por las plataformas digitales», adelantó Coliqueo.

  • ¿No hay causas artísticas en este cierre?
  • No, para nada. Todo tiene que ver con la situación socio-económica de la Argentina. En los últimos cuatro años, de tener trabajo constante, pasamos a trabajar cada vez menos. Y no porque el público no quiera ir a vernos sino porque la capacidad adquisitiva hace que, en forma inevitable, sean más selectivos. Hoy tienen que «elegir» salir una vez al mes. Y a aquellos músicos que ocupamos un escalafón intermedio de popularidad nos condicionó muchísimo.
  • ¿Cuál es el plan a partir de la separación?
  • La idea es que Che Joven deje de pensar en el corto y mediano plazo. Abandonar de momento los shows en vivo. Nos concentraremos en nuestras carreras personales. Mi hermano es un enorme compositor y yo también quiero cantar algunas canciones que, dentro del perfil de Che Joven, de música tan reflexiva, si se quiere combativa, tal vez no tenían lugar.
  • ¿Cuál es el balance de estos 24 años?
  • Nosotros tenemos la suerte de poder mirar hacia atrás y decir que hemos tenido la posibilidad de haber cantado con nuestros referentes. De pequeños, por ejemplo, escuchábamos a Illapu y ellos terminaron grabando una canción nuestra. Rubén Patagonia, otra referencia, ya es como parte de nuestra familia. En 2005 tuvimos la oportunidad de participar en la Cumbre de los Pueblos, en Mar del Plata, que fue un momento muy álgido, no solo desde lo musical.

En todos estos años la música se transformó con nosotros y hemos soltado las amarras del folclore. Hemos trascendido ese espacio para trabajar con ritmos precolombinos, con las coloraturas del candombe, de la guitarra eléctrica, del bajo y de la batería, que no eran comunes en el folclore cuando empezamos. Terminamos haciendo una música más del mundo, rompiendo el molde del folclore.