La banda Ciro y Los Persas coronó anoche un 2018 colmado de éxitos con un gran show en el estadio de River Plate, donde despidió Naranja Persa Tour, gira que tuvo como protagonista las canciones de su más reciente trabajo, el segundo volumen de “Naranja Persa” y que el sábado, en muchos momentos, sobrevoló un espíritu de nostalgia.

Es que este encuentro fue el primero que la actual banda que comanda Ciro Martínez ofreció como protagonista en el Monumental, tras las cuatro presentaciones de Los Piojos -la primera el 20 de diciembre de 2003, a cinco días de cumplir 15 años- y el show que ofreció en 2010 como telonero del ex Beatle, Paul McCartney.

Pero el vínculo emocional que anoche espontáneamente irrumpió en la atmósfera y se experimentó en la piel de cada uno de los espectadores no solo tuvo que ver con el logro del sexteto, que equilibran musicalmente Juan Manuel Gigena Ábalos en bajo, Rodrigo Peréz y João Marcos Cezar Bastos en guitarras, Julián «Lulo» Isod en batería, Nicolás Raffetta en teclados y Julieta Rada en coros.

Las puertas se abrieron a las cinco de la tarde y las bandas soporte comenzaron a tocar a las 18.30: ese fue el toque especial del encuentro; previo a Ciro se presentaron tres ex Piojos, el tecladista Chucky de Ipola; La que faltaba, comandada por el bajista Miguel «Micky» Rodríguez; y La Chilinga, del percusionista Daniel Buira.

Estos tres viejos integrantes de una de las bandas argentinas que marcó un punto de inflexión en la historia del rock chabón, y tatuó en el inconsciente colectivo temas como “Tan solo”, “Ando ganas”, “Desde lejos no se ve” y “Verano del 92”, se habían encontrado el 30 de mayo de 2009 sobre ese mismo escenario que los vio decir adiós ante 65.000 personas.

Y ayer el público pudo acercar su imaginación a ese último ritual “piojoso” y, como acostumbra en cada encuentro, revivir la fiesta previa al recital.

Así lo contaba Diego, de 22, que había viajado desde Bernal junto a la novia para verlo: “Conocí a Ciro y los Persas pero mi novia me hizo escuchar a Los Piojos. Como no pude verlos en vivo, sigo a Ciro a todos lados”.

Por su parte Leticia y Daniel, ambos de 42 años y oriundos Mar del Plata expresaron: “Ciro es un ícono del rocanrol, mantiene viva la cultura al igual que La 25. Todavía tenemos la ilusión de que los Piojos algún día vuelvan”.

Vélez Sarsfield, Malvinas Argentinas, La Trastienda, Luna Park, Ferro o River, no importa dónde se presente, la fotografía anterior al show es siempre la misma, personas que se abrazan en el reencuentro, grupos de amigos que hacen la previa entre conservadoras y cánticos, una especie de hermandad que se identifica entre infinitas banderas.

Adentro, el encuentro con Ciro y Los Persas se dibujó a lo largo de tres horas y un poco más y un repertorio que si bien tuvo en el centro de la escena las canciones de “Naranja Persa”, disco doble que comenzaron a presentar en septiembre de 2016 y que los llevó por Uruguay, Bolivia, Chile, Paraguay y México, también contempló los dos álbumes anteriores de la banda y, por supuesto, clásicos entrañables de Los Piojos.

Tiempo después de los shows soporte, un elefante inflable gigante color naranja apareció sobre el escenario y por el aire se empezaron a escuchar los potentes acordes de “Banda de garaje”, un inicio efusivo que redobló la apuesta con la siempre coreada “Desde lejos no se ve” y “Prometeo”, del último álbum.

“Quiero agradecerles por habernos acompañado a Los Persas a pesar de la crisis y al que no pudo venir y debe estar mirándonos por Internet, también”, expresó el frontman antes de interpretar “Me gusta” y bajar los decibeles con “Canción de cuna”, que generó en los espectadores la necesidad de abrazar a sus hijos y registrar el momento.

De pronto “Micky” se sumó a Los Persas y tocaron dos clásicos de los Piojos, “Tan solo” y “Fíjate”; cuando subió Buira, sonaron “Ando ganas” y “Verano del 92”; y con Chucky, los tres junto a Ciro interpretaron “Luz de marfil”, “Ay ay ay” y “El balneario de los doctores Crotos”, solo por mencionar algunas piezas que emocionaron y tuvieron a Los Piojos juntos de nuevo.