por Javier Hernández

Organizado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), este sábado quedó inaugurada la 34° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata con más austeridad en su puesta, acorde a los tiempos que corren, pero el anuncio de una programación de esperados films que vuelven a poner en valor y jerarquizar un encuentro que es el más importante de la región y único Clase A del continente, categoría que comparte con Cannes y San Sebastián.

Con una llamativa ausencia de funcionarios nacionales y de la provincia de Buenos Aires, así como escasa participación de figuras del séptimo arte provenientes del exterior, el acto tuvo una impronta emotiva cargada de recuerdos y homenajes a quien fuera, hasta agosto último, su histórico presidente: José Antonio Martínez Suárez.

Las primeras luces en encenderse fueron las de la Alfombra Roja situada en la explanada del Teatro Auditorium, al pie de la popular Playa Bristol, cuando apenas habían pasado de las 18 y el sol aún se hacía sentir con fuerza en una tarde primaveral. Los curiosos por ver a sus ídolos de la televisión y el cine se intercalaban con bañistas distraídos que volvían sacudiendo la arena de sus zapatos. Algunos atraídos por el humo de los vendedores ambulantes saboreaban un choripán mientras, horrorizados, actores, actrices e invitados especiales escapan del humo para llegar espléndidos a la pasarela donde los esperaban los paparazzi. La idiosincrasia del festival se manifiesta en el Boulevar Marítimo Peralta Ramos, no hace distinción e incluye a todos. Esa era la máxima de su histórico director.

Mientras tanto, en el interior del teatro, no se respiraba fiesta pero tampoco tristeza, más bien, existía, una melancolía contenida durante meses que presionaba el pecho y pedía a gritos salir ahí, en forma de abrazo colectivo, un abrazo de resistencia. Tampoco sobrevolaba un pulso desesperanzador, todo lo contrario, porque el amor a la vida que ejerció Josecito, como le llamaban sus amigos, durante su eterna juventud, hubiera sido una injusta respuesta que confrontara con su frase de cabecera: “Hacer cine es hacer vida”. Murió hace algunos meses antes de celebrar los 94 años y sin poder darse el gusto de volver a La Feliz para transitar las salas de cine. El Festival, en su unicidad lo recordó sin golpes bajos ni discursos oportunistas, y le dedicó la gala inaugural proyectado la versión restaurada del clásico «Los muchachos de antes no usaban arsénico» estrenado en 1976.

“No será una noche fácil, no será un festival fácil”, fueron las primeras palabras de la presentadora al referirse a la ausencia física de quien fuera durante más de diez años el motor del encuentro. Y continuó: “Queremos que este festival se llene de su presencia, que el festival siga siendo José: En las películas de sus discípulos, en sus enseñanzas, en sus frases, su elegancia, su memoria infinita, su profundidad, su ética y esa mirada generosa que lo convirtió en maestro de los más diversos realizadores de tantas generaciones de argentinos. Este festival es para José Martínez Suárez”.

El presidente del Incaa, Ralph Haiek, hizo entrega de un Astor de Oro en su memoria que recibió María Fernanda Martínez Súarez y al tomar la palabra para recordarlo, dijo que Suárez le permitió compartir sus últimos momentos y la pasión por el cine.

“Quiero agradecerles este merecido premio a mi padre”, dijo María Fernanda. Y continuó contando el orgullo que su padre sentía por el festival de cine de Mar del Plata: “Trabajó incansablemente para llegar al público con películas de calidad”. Y cerró: “Quiero compartir este premio con la Escuela de cine y con todos los estudiantes del interior del país que fueron motivo de orgullo para mi padre», dijo ante una ovación que se multiplicó al elevar su mano izquierda con un gesto político de sus dedos en “V”.

Otro de los homenajes de la noche fue para Graciela Borges quien recibió un Astor de Oro a la Trayectoria. Protagonista de recordados films, fue aplaudida de pie por el teatro Auditorium. “Esta noche es para Josecito. Yo también pienso, como él, que las estrellas son las películas. Durante muchos años vine al festival y lo conocí mucho,él era la estrella rutilante de este festival. Todos lo lloramos mucho. Ojalá todos puedan filmar en Argentina, no sólo pensando en cuánta gente entra en la boletería sino también en las viejas utopías”, dijo Borges al recibir el premio. Y concluyó: “Creo que mi historia en el cine no va a seguir pero quiero darles las gracias a cada uno de ustedes con todo mi amor. Me han hecho muy bien a través de muchos años, este festival se tiene que llamar José y este festival se tiene que llamar “Viva el cine”.

Cecilia Barrionuevo, directora artística del Festival por segundo año consecutivo, comenzó dando la bienvenida a la que definió como “la casa del cine” que es la ciudad de Mar del Plata, y enumeró alguno de los acontecimientos ligados a la figura del histórico cineasta Martínez Suárez que se darán en la vigente edición. “Este año instauramos un premio nuevo que lleva el nombre de José y que será otorgado al mejor director de la Competencia Argentina, estará presente con una muestra de fotografía y presentaremos un libro <Homenajes IV< concebida por él para recordar a los grandes del cine nacional”, dijo antes de anunciar la penúltima película del cineasta que es, además una de las grandes comedias del cine argentino: <Los muchachos de antes no usaban arsénico<, proyectada en una versión restaurada.

“El festival ofrece muchos caminos posibles y es inclusivo y abierto para todo el mundo: encontrarán nombres consagrados, propuestas vanguardistas, y algunas que se volverán clásicos de nuestra época”, opinó Barrionuevo.

Y sobre si hay una relación a su condición de mujer que modifique la programación del festival destacó: “Yo pensé mucho sobre eso y creo que ser mujer, en este tiempo y en este lugar, me hace consciente de una igualdad que habilite la presencia no sólo de mujeres y disidencias de un lado y de otro de la pantalla, sino que permita la emergencia de nuevas formas narrativas, de nuevas posibilidades de experimentación con películas desafiantes”.

Este domingo, moderada por Analìa Barrionuevo, Coordinadora del Programa de Género de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba, tendrá lugar la 2° edición del Foro de cine y perspectiva de género para seguir reflexionando en torno a las desigualdades en el cine.