Por Mario Luzuriaga

“Día de la Independencia” fue una de las películas que cautivó allá a mediados de los años noventa con sus efectos especiales y por sus grandes escenas con seres de otros planetas, convirtiéndola en una de las películas clásicas del género de ciencia ficción. Se ha proyectado en las pantallas de televisión durante años y aún así seguía cosechando espectadores.

Al ser tan grande el éxito se planeó su secuela durante muchos años con idas y venidas de sus protagonistas, sobretodo de Will Smith que después de este papel su carrera se disparó a lo alto. Pero finalmente se decidió hacer la película sin importar que esté o no el señor Smith.

Veinte años pasaron de que una invasión extraterrestre destruya diferentes partes del mundo sin saber el objetivo, he aquí que para esta secuela se revela el plan principal que tenían estos seres. El mundo cambió para mejor y nos encontramos con un nuevo orden mundial dispuesto a defenderse de restos de los aliens que han sobrevivido, es por esto que utilizaron tecnología para crear armamentos y vehículos por si las dudas. La clave sin dudas de esta película está en dos personajes. El primero es el ex presidente Thomas Whitmore (Bill Pullman) y otro, que en la película original no llegó a nada, pero que aquí adquiere la suficiente “chapa” por así decir que es el científico Brakish Okun (Brent Spiner) que son los encargados de poder evitar la catástrofe.

Los puntos buenos que tiene la película son las escenas de acción que carecía el primer film, un combate cuerpo a cuerpo con los extraterrestres y batallas aéreas. Obviamente destacamos las actuaciones de Jeff Goldblum que vuelve a interpretar a David Levinson, que ahora está a cargo de un organismo multinacional de estudio alienígena. Bill Pullman es la única persona con la voz esperanzadora y que pone el cuerpo para resolver la situación. Y Liam Hemsworth que interpreta al piloto Jake Morrison es el héroe en ésta ocasión.

En los puntos malos de la película son la forzosa inclusión del hijo de la ficción de Will Smith para no dejarlo afuera de alguna manera, pero que no sirvió y no sumó nada. Al igual de repetir ciertas acciones o escenas similares a la original y obviamente el final que utilizaron fue hacer como se dice en el fútbol “una de más” y terminando de arruinar una película digna.

Calificación: Tres conclusión