por Florencia Vizzi

“El eje transversal de este Festival es la ‘comunicación con identidad’. Es desandar caminos andados, aplicando  una mirada que tiene que ver con la propia lógica de los pueblos originarios y sobre qué entendemos nosotros, los pueblos originarios, por esta herramienta de la comunicación y el cine”.

Ignacio Prafil es, si se quiere, un tipo de “gobernador”, o “mediador”. Así podría traducirse el término werken. La coordinadora del parlamento mapuche está compuesta por 145 comunidades de Río Negro, y Prafil se encuentra en su tercer mandato, que es legitimado por la comunidad.

Prafil cuenta que la organización del Festival se origina en la necesidad de darles visibilidad las luchas de los territorios originarios, para lo cual “hemos tomado las herramientas del cine y la comunicación para acercar a la sociedad nuestra vida, nuestros reclamos y nuestra lucha”, expresa.

“Antes de llegar al certamen en sí mismo, la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación  de los Pueblos Indígenas (CLACPI), decidió hacer una muestra itinerante, que empezó en nuestro territorio, en Río Negro, luego fuimos a la provincia de Buenos Aires y Capital Federal, y finalmente llegamos a Rosario”, relató el vocero, y explicó que la  CLACPI es una organización que ya lleva 30 años de vida, cuya finalidad es la producción y difusión de materiales audiovisuales sobre las culturas indígenas.

“Nuestra presencia aquí es para fortalecer vínculos y dar a conocer nuestra sociedad, para decir los pueblos originarios estamos acá, estamos vivos, tenemos nuestra organización política, cultural, espiritual y filosófica, y tenemos también nuestros reclamos”, enfatiza Prafil, y señala que si bien Argentina es uno de los países a nivel mundial que más legislación tiene respecto a los pueblos indígenas, hay una importante falencia en la puesta en práctica de esas leyes. Y en ese sentido, subraya: “No queremos ser una cara social del estado, somos sujeto de derecho y como sujeto de derecho exigimos que se cumpla lo que hemos venido articulando con el estado. Quizá la injerencia mayor que nosotros queremos tener es que nuestra realidad, la realidad de los pueblos indígenas sea parte de la agenda del Estado. Y de fondo, el mayor planteo nuestro es una Argentina plurinacional y pluricultural, ese es nuestro más grande objetivo”.

En el marco de las herramientas comunicacionales y de la posibilidad de desarrollarlas desde la identidad de cada pueblo originario, es insoslayable referirse a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Consultado sobre cómo funciona en la práctica, en los territorios, y que es lo que falta, el werken destaca lo bueno y hace hincapié sobre lo que aún no se ha podido plasmar.  “Nosotros hemos sido parte del proceso de construcción de la ley. Fuimos parte de la estructura que redactó el anteproyecto de la ley de medios. De hecho, peleamos mucho por un capítulo en particular, que es el de comunicación con identidad de los pueblos originarios. Si bien la ley genera distintos mecanismos, nos hemos dado cuenta que aún queda mucho por hacerse, y que hay un vacío en cuanto a cómo sostenerse y no quedar atrapados en la burocracia. El estado debe entregar todas las herramientas. Actualmente estamos en proceso de construcción de un canal mapuche, el que sería el primer canal originario, una especie de modelo o maqueta. Pero nos encontramos combatiendo para que esas herramientas que nos debe dar el Estado no sean cooptadas políticamente por partidos o agrupaciones. Vemos con una muy buena mirada esa ley, es un triunfo, era necesario hacerla, para construir una sociedad en la que podamos interactuar y convivir a pesar de las diferencias. Nosotros somos una de las partes fundamentales, pero criticamos todo tipo de condicionamientos, aún existen muchos condicionamientos y en ese sentido aún hay que dar la batalla”, asegura. “En relación a ello, esta muestra es una gran herramienta, traer nuestras películas, nuestro cine, mostrar nuestras realidades e historias, eso es parte de la comunicación con identidad, nuestra realidad plasmada por nosotros mismos”.

Prafil remarca que: “Todo el material que se exhibe está hecho por nosotros, por nuestros comunicadores y cineastas, nosotros armamos los guiones, y participamos en la distribución, en la forma de darlo a conocer”.

“Y también –asegura-  es una forma de ir haciendo alianza con los grupos organizados, sindicatos, mujeres, centros de estudiantes, somos parte de esta sociedad, y queremos fortalecer los vínculos con otras organizaciones, para aportar a la construcción social y al diálogo. Hay que hacer aliados y aprender a caminar juntos, y así desarmar los prejuicios, eso muy importante… Dicen: ¿cómo un indígena va a tener una radio, o un canal de televisión?, ¿cómo un indígena va a ser cineasta?… hay que confiar y saber convivir. No hay que bajar los brazos, para superar los que nos han hecho en las últimas décadas, en las que nos han dividido y fragmentado, de tal manera que no podamos confiar entre nosotros. Y esa fragmentación, que tiene una lógica, que es la lógica de las multinacionales, es la que hay que revertir”.

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