Por Santiago Fraga

Reclamo el trono que el destino me preparó; aunque sé que no soy el rey de esta vida que amo, nada gano si no sé perder”; estas líneas de Quebrado, séptima canción del más reciente disco de Salta La Banca, podrían bien ser la descripción de parte de la vida que atraviesa Santiago Aysine; de Villa Raffo a la gloria, aunque a alguno le genere recelo.

Y es que ¡Eureka!, último título de su discografía, que será presentado este viernes 3 de junio en el Teatro Vorterix de Rosario, es un disco puramente nihilista, basado en las vivencias del propio cantante y con canciones que “podría haberlas escrito hace 20 años” que lo identificarían igual.

aysine3Lejos del perfil de rockstar, Santiago se muestra abierto, sencillo y sensible. Denota que lo que más lo conforman son las pequeñas cosas, como ir al canto bar de calle Santa Fe o sentarse en el boulevard Oroño, y asegura que reniega un montón de la exposición que la fama lleva consigo. “Es una mierda”, no dudó en afirmar en entrevista con Conclusión, a la vez que reflexionó en que “es el precio que tenés que pagar por tenerlo”, aunque realmente no lo estés buscando.

La voz de la banda sostuvo que “hay mucho recelo y ensañamiento” al llegar a ese nivel, y eso contrasta totalmente con él, aunque se considere “controversial ideológicamente”. Lejos también de caer en los lugares comunes o las palabras hechas de los ‘rockeros’, él manifestó de hecho que está en “su momento más pop”, y que Salta La Banca no es rock. Es música”, describió, y aseguró que detesta que se “encasille” y que no va a “dejar de hacer algo por formar parte de una esfera determinada”, así como no descarta que el día de mañana el grupo haga “cualquier cosa”, pero que seguramente “no va a cambiar su esencia”.

“Yo tengo muy en claro que Salta la Banca podría haber generado una fórmula si se hubiera repetido, y con esa fórmula hubiera llegado mucho más lejos de lo que está ahora. Pero no quise y no lo voy a querer hacer nunca, y si el día de mañana queda sólo una persona viéndonos estaré tran
quilo porque sé que lo que quise hacer fue hacer lo más lindo posible”
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Sentado en la cornisa, veo hacia abajo; escupo mis verdades sin asco; empiezo a contemplar el pasado y a limpiar lo que ensucié”; más versos del antes mencionado tema reflejan la identidad de ¡Eureka!, un disco que, siendo “lo más antagónico” a todo lo que haya hecho Salta La Banca, les permitió encontrar un sonido que los identifique y les represente un punto de partida, pero no sólo de cara a lo que viene, sino también mirando hacia atrás.eureka

Por otro lado, también sirvió como una descarga para el propio Aysine, que en la mayoría de los doce temas del disco se dedica a contar vivencias y experiencias como Salta La Banca lo sabe hacer. “Nací en el mundo y el tiempo equivocado”, sostiene, y todo se refleja en el proyecto.

Sin letras con un contenido político directo como en su anterior disco, Visceral, la voz de Salta aseveró que “ahora van a hablar todos por lo que está pasando”, y que ellos naturalmente también lo van a hacer, pero puso especial énfasis en que ellos se plantaron “en un momento en el que teóricamente todo estaba bien y el artistado estaba súper conforme con lo que estaba sucediendo”.

Por último, como artista y sobreviviente de Cromañón dio su parecer respecto de la confirmación de las condenas, lamentando que se dejó pasar la oportunidad de que el “Estado ausente” se haga responsable y pague: “Si hay un Estado presente no hay una bengala dentro de un lugar cerrado, y si hay un Estado presente no está un lugar como ese habilitado”.

Cansado de respirar dolor y lo exhalo; transformo el odio en algo más sano para compartir con vos, y así poder hacerlo mejor”, la premisa de Quebrado refleja la labor de Santiago Aysine, que rodeado del ambiente hostil de la precipitada fama se descargó con líricas poéticas y un ritmo ideal, formando una obra que confirma la curva ascendente de la banda, cuya esencia claramente trasciende estilos.

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En el marco de esta nueva visita, ¿qué sentís cada vez que vienen a Rosario?

— A mí lo que particularmente me pasó es que yo por mis propios medios, hasta que vine con Salta la Banca, no había venido nunca en mi vida, y la primera vez que vinimos a tocar, que fue hace muchos años, yo justo me había involucrado con alguien que era de la ciudad, y eso me generó un apego muy grande que concluyó en una canción. Después eso que concluyó en una canción terminó siendo algo que me acercó más a la gente de Rosario y a la ciudad en sí, y desde aquella vez, que fue cuando tocamos con Las Pastillas hace 6 años, vine mil veces, pero literamente, muchísimas. Tengo muchos amigos, me encanta la ciudad. Me encanta la gastronomía de la ciudad, los distintos lugares. Soy amigo de los chicos de Cielo Razzo, Javi (Robledo) en especial que es como mi hermano, después (Leandro) Grimi es de San Lorenzo, que es acá nomás. Creo que conozco mucho la noche rosarina, y el lugar que tengo acá en frente, que le tengo todo mi respeto y mi admiración, Bogart, que cada vez que vengo tengo que pasar a cantar por ahí. Me recuerda mucho a la canción de Bersuit “Con los locos, los borrachos, con las putas y los guachos” (El Viejo de Arriba), me recuerda mucho, acá en frente se juntan todos y se re pone. La verdad que me encanta. Tiene un encanto que no puedo explicar. Y por último, la pasarela Boulevard Nicolás Oroño es algo que no se ve en todo el país. Uno puede estar ahí sentado tomando una birrita y ve a las mejores mujeres del país.

 

¿Sos de salir a caminar cuando venís o se te dificulta?

— Sí, me encanta, y lo hago siempre que puedo cuando venimos. Algo que me pasa mucho con la gente es que vienen mucho a Bogart, porque ya saben que termino ahí cuando termino un show. De a poquito fueron siendo cada vez más, y la última vez que toqué el acústico llegué acá y había como 30 personas… y yo entro igual, eh. Una vuelta, por ejemplo, había 10 o 12 chicos acá en la puerta y entré con ellos, nos armamos una mesa y nos quedamos ahí comiendo pizza. Para mí es un placer.

 

En este show vienen a presentar ¡Eureka!, su última creación. Al respecto, ¿hubo otra búsqueda en lo que fue la esencia del disco?

— Yo creo que en realidad no, porque para mí la esencia es lo que menos cambió. Incluso para mí ¡Eureka! ya pasó, por ejemplo. Entiendo que es flamante y es el disco que está en vigencia, y me parece correcto, pero ¡Eureka!, que es lo más antagónico probablemente en materia musical a lo que primero hicimos, fue lo que más vigor le dio a las viejas obras y lo que más ganas nos dio de acercarnos a esas primeras obras.

 

¿Y eso porqué?

— Yo creo que tanto ¡Eureka! como Visceral, por ejemplo, están trazadas por el mismo carácter volátil de lo anterior, pero la diferencia es que puede sonar más rockero o más sofisticado. No sé Visceral, pero ¡Eureka! seguro. En Visceral trabajamos con una persona como Gaspar (Benegas) que es mucho más crudo y se nota digamos, hay una gran diferencia en el audio. No hablo de la calidad, sino de que es completamente distinto el espíritu y las texturas son completamente distintas.

 

Visceral, por ejemplo, es mucho más rockero, mientras que Eureka tiene más temas como “Bautismo” por ejemplo…

— Claro, es mucho más popero. Bueno, tiene cosas más poperas, y yo sin dudas estoy en mi momento más pop. Igual a mí siempre me gustó el pop, siempre. Mis tres primeros discos fueron La Mosca y la Sopa (de Los Redondos), Loco Alive de Los Ramones y Joyride de Roxette. Pero yo creo que eso me atravesó toda la vida a mí, y el primer disco que yo pedí fue Dangerous de Michael Jackson. Entonces siempre fui muy permeable a lo que es el pop, y yo creo que en realidad está atravesado en casi toda mi obra. En el último disco capaz que se siente más por el groove, que es algo que también dice muchas cosas, y que Juanjo (Gaspari) empezara a tocar hizo que ese groove de la banda cambiara. Esto mismo hizo que, cuando nos dimos cuenta de que podíamos trabajar un disco así, podíamos trabajar todo lo anterior también, y poder hacer no que suene igual a esto, pero que suene bien.

 

Entonces digamos que a este disco lo sentís como un paréntesis en la banda

— Sí, yo lo siento como un nuevo punto de partida que va tanto hacia adelante como atrás. Eso es. Como que fue un disparador que nos llevó para los dos lados y eso para nosotros fue importantísimo. Nosotros renegábamos mucho. No las obras, porque a mí las canciones de Salta La Banca me gustan e incluso no somos una banda que entre a un estudio con 20 canciones y elija 12. Siempre tuvimos muy claro cuáles eran las canciones; las elegimos para hacerlas. Entonces creo que no tiene que ver con las obras sino con el sonido, con el audio, y ahora se lo pudimos encontrar. Le dimos mucho más sentido lo primero de Salta la Banca, que era más fusión.

 

¿Con cuál tema del último disco sentirías más esa identidad de Salta La Banca?

Para mí Faquir es a nivel musical el mejorcito. Musical eh. Porque armónicamente hay muchos temas que me gustan. El último tema, que quizás es uno de los que menos punch tuvo, para mí es uno de los más importantes del disco. Vos hablas de la esencia, y bueno, para mí los últimos tres temas del disco son los que más la marcan. Para mí todo el disco esta atravesado por la esencia porque es un disco muy nihilista y habla mucho de mí, y te aseguro que en ese sentido estas doce canciones las pude haber escrito 20 años atrás porque me hubieran identificado igual. Lo que conté en el último disco es algo que siempre me pasó, y naturalmente eso ha sufrido transformaciones por la vida que me toca vivir ahora. Pero siempre pensé de la misma manera y eso también hace que el disco tenga mucho corazón. Creo que lo que menos entra en discusión es esa parte, viste, aunque vos lo apuntabas más al tema de la música.

 

¿Vos decís entonces en cuanto a las letras que son algo autoreferencial, sobre vos?

El disco es súper nihilista desde el primer tema hasta el último. Está bien lo que plantea la canción No Pierdas Cuidado, porque en realidad si bien empieza re contra hablando de uno, en un momento también se dirige a alguien, como en tercera persona, entonces es como raro. Después, El Jardín de Mis Agonías capaz no, pero los demás, todos son autoreferenciales. No Pierdas Cuidado es una situación en particular que me pasaba, Faquir, Lirio Boreal también, Multitudes es algo que me pasó a mí, Otro Domingo lo mismo, Quebrado que no lo hice yo es re nihilista igual porque Corvata (Marcelo Corvalán) también sabía de cuál era mi historia y la escribió por eso. O sea, hasta ese punto. Y los últimos tres temas me parece que son mi parte más cruda incluso.

 

¿Los escribiste para descargarte?

— Sí, yo soy muy cabrón, reniego mucho. Nací en el mundo y el tiempo equivocado, y la verdad es que a veces, si bien me pasan un montón de cosas muy lindas, para mí el concepto de la felicidad es muy abstracto, no creo mucho en eso. Para mí no existe ese estado de las cosas, y creo realmente que el que lo posee debe estar omitiendo un montón de cosas, y yo reniego mucho en la sociedad en la que vivimos.

 

¿Y cuál sería el mundo y el tiempo correcto?

— Yo creo que un poco se lucha por eso. En realidad, me parece que el tiempo correcto va a ser seguramente el día en el que a priori podamos establecer ese mundo por el que luchamos, que es un mundo justo para todos y demás. Me parece que hay una animosidad por segregar y desde el mismo seno de la sociedad, que es muy dañino, muy jodido, y la exposición es una mierda. Es una cagada, y cada día reniego más de eso. Porque no sé, la gente piensa que está bueno, cree mucho en esa estereotipación que capaz en los 90′ explotó que tiene que ver con la imagen del rockero reventado.

 

¿Te referís a la exposición mediática o incluso al ser una figura en relación a la hora de salir a la calle y eso?aysine4

— Sí, todo, porque genera recelo. Es como el precio que tenés que pagar por tenerlo, y sin embargo yo no sé si uno está detrás de eso. Sucede, sí. Capaz uno que tiene que tenerlo en cuenta a la hora de hacer música, onda que “te puede llegar a pasar”, pero la verdad es que hay mucho recelo, hay mucho ensañamiento, y yo no lo voy a entender. Tengo desde mi hermano hasta un montón de gente que me dice “cómo le vas a dar bola” a un montón de ciertas cosas, y yo no puedo no darles bola. No puedo… No puedo porque no lo puedo concebir. Yo estoy tan lejos de ser una persona maliciosa, de tener un gesto malicioso. Me planteo todo el día, todos los días, qué cosa estoy haciendo bien, qué cosa estoy haciendo mal, y una premisa que para mí es inclaudicable y que yo me repito consciente e inconscientemente es «Yo voy a ser una buena persona», y para mí es una decisión, en estos términos. El tema de la sensibilidad también es importantísimo, pero para mí las iniciativas no están todas trazadas por la sensibilidad, también hay mucho que tiene que ver con las normas de convivencia, la moral, la ética y otras cosas. La realidad es que uno cuando es así le cuesta mucho entenderlo, y entonces me engrano y trato de solucionarlo. Hasta el caso más particular, me enrosco con las giladas que dicen, me enrosco mucho. Capaz que lo quiero entender, capaz que hay una parte de mí que lo cree, no sé, pero me enrosca mucho eso, y entonces como que ¡Eureka! tiene mucho de eso. Estaba bastante engranado y necesitaba como explotar esa parte un poco. Ahora estoy como un poco más tranqui, como que ya de a poco lo que fui diciendo, y es re triste decirlo pero fui como…

 

Aceptándolo

— Claro, aceptando que está ahí. Tratar de hacer todo lo posible porque no sea un escollo, y por entender que está ahí pero que no me toca. Yo de una persona que he aprendido muchísimo es Pablo Spivak, el bajista de El Bordo, y él tiene siempre grandes alegorías, es muy bueno con eso y me vuelve loco naturalmente con una sobre Messi, diciendo que si sos Messi “no podes querer llevarte la pelota sin que te peguen una patada, así que bancátela, llevate la pelota y seguí para adelante que no importa, las patadas no te pueden parar”. Todo fue a raíz de que una vuelta le conté en particular que me había pasado algo, que había una persona que estaba muy obstinada bardeándome, pero me bardeaba fuerte eh, y yo soy re sensible. A veces se van al carajo en las cosas que dicen, se piensan que te chupa un huevo y no te chupa un huevo lo que te dicen, eso es mentira, y esta era una persona que estaba muy ensañada. Me bardeaba con mucha sisaña.

Él también repite mucho una frase de Ale Vázquez, que también ha sido una persona que me ha marcado muchísimo, que es: «Donde hay una proposición, hay una oposición«, y es verdad. Aparte, yo no soy el tipo menos controversial del mundo, me la tengo que aguantar. Me metí en la política, me expuse, así como te dije antes que reniego y que se yo, yo lo elegí. No sé cuánto tiene que ver con mi propia voluntad y cuanto con Salta, porque Salta como banda independiente no se puede dar el lujo de que nosotros estemos escondidos y hagamos todo desde una posición ermitaña y alejados de todos, porque no nos queda otra, lo hacemos nosotros con nuestros propios medios y tenemos que estar ahí, a la vanguardia. Como te digo, me metí en política, soy un enfermo de un equipo de fútbol y eso en este país quieras o no es algo que trasciende, como lo veas así o no. Soy controversial ideológicamente. Y entonces es como decía, si uno genera una proposición naturalmente genera una oposición, y Salta tiene mucho que ver con eso.

 

En este último disco, a diferencia de Visceral y COPLA, no hay tantas letras políticas. ¿Eso fue intencional, pensado, o sólo se dio?

— En principio habíamos hecho dos canciones. Una tenía que ver con el ascenso de la Izquierda y otra que tenía que ver que hablaba en contra de determinadas corporaciones, y las dos canciones no llegaron a entrar al disco. La verdad es que estábamos muy apretados con el tiempo, e incluso por ejemplo Bautismo entró un poco por la ventana. Ese fue uno de los elementos. Otro, que también es verdad, es que en su momento me dio miedo de que no quería que se me identifique mucho también con esa imagen, viste. Sí, yo estoy cada día más seguro de que, por ejemplo, el Partido Obrero es el que mejor representa mis ideas y demás. Pero también es verdad que yo soy de todos, mi complexión es totalmente estar mucho más allá de eso. Yo soy una persona como cualquiera y quiero escribir sobre cosas que me pasan a mí, vivencias que me pasan a mí. Igual creo que el disco esboza alguna que otra idea pero muy leve, algo en Chacal, por ahí el Jardín de Mis Agonías, pero…

 

No algo tan directo como El Relato, o Laburo

— Sí, pero hay algo. Por lo menos algo que fija más o menos mi posición. Pero sí, sin dudas me parece que yo también necesitaba en ese momento hacer un disco más nihilista. Me urgía eso en ese momento, aunque nah, hay una crisis en el país que para mí si bien ahora en este momento se profundizó, ya cuando nosotros sacamos ¡Eureka! se venía vislumbrando.

 

saltalabanca4Y de cara a los próximos temas que compongan, o estos mismos que quedaron afuera, ¿van a ir en búsqueda de ese rol social que por ahí ocuparon?

— Sí. Pasa que eso también es verdad. Ahora van a hablar todos por lo que está pasando, y nosotros nos plantamos en un momento en el que teóricamente todo estaba bien y el artistado estaba súper conforme con lo que estaba sucediendo. Obvio, ahora van a hablar todos, y nosotros también naturalmente, porque no por eso vamos a dejar de decir. Lo vamos a decir como lo decimos nosotros, pero sí. Pasa que para mí hay algo que tiene que ver con el rol y es que tiene que haber un compromiso con ese rol. Te tenés que comprometer con ese rol de comprometido, porque así como COPLA fue un disco que estuvo de alguna manera elaborado a partir de la sensibilidad o la empatía territorial, después no podemos hacer cualquier cosa. Lo que digo es que detrás de eso hubo un laburo periodísticoYo me senté, averigüé, hablé con los amigos y la familia de Luciano, leí libros, leí entrevistas y consulté absolutamente todo, y me mantuve en contacto con la familia. Así que hay algo de eso también en la decisión. Hace poco me reuní con un amigo sociólogo que me va a dar una mano en algunos puntos en los que capaz no estoy del todo metido.

 

Claro, como que no quieren sacar algo por sacar y que figure

— Yo no puedo. Yo no puedo escribir por escribir, por ejemplo. Incluso fantaseo hace muchísimos años con hacerle un tema a Guevara, pero todavía no tengo los huevos. O también de un montón de otras cosas. Me encantaría escribir algo sobre el Holocausto y todo eso, porque me fascina la historia y toda esa pesadilla de la humanidad, y la verdad es que me parece que hay que tomárselo en serio. Uno no puede hablar por hablar, y no podés dar ni un solo paso en falso cuando hablas de un tema así. Tampoco caer en lugares comunes. Me parece que si vos vas a tomarte el tiempo y le vas a dar lugar a una canción para que esté en una obra permanente como un disco, y… loco, no des un paso en falso. Tratá de que sea bastante certero y de conmover a la gente, y de hacer que con esa canción la gente pueda por lo menos preocuparse o interesarse por lo que estás diciendo. Eso por un lado. Pero por ejemplo, hace mucho que quiero escribir una canción de Messi, y no me animo tampoco, aunque sepa que la voy a escribir yo. Son dos cosas distintas y está clarísimo naturalmente, pero yo te dije antes, la felicidad es muy abstracta, y a mí si hay algo que me pone feliz es ver al enano jugar al fútbol. Entonces yo no puedo dimitir a la acción por creer que porque es un deporte es trivial, o lo que sea. Para mí es importantísimo y me hace feliz. Es una de las pocas cosas que me hacen feliz. Cuando estoy muy mal entro a Youtube y pongo un video del chabón. Esa es toda la verdad. Entonces me tomo en serio hasta esas cosas. No me gusta decir por decir y la verdad que prefiero tomarme el tiempo para decir las cosas lo mejor posible.

 

Y ya que estamos hablando del futuro próximo, ¿cómo ves lo que viene para Salta?saltalabanca

— Yo lo que quiero es que pase el Gran Rex y el Teatro de Flores y ya empezar a laburar. Además de este proyecto teníamos otro proyecto, que ya lo habíamos empezado, que era grabar un par de canciones con sus artistas originales, y hay que sentarse y seguir armándolo. Y después tenemos que laburar el disco. Ya hay un par de canciones y más o menos se viene vislumbrando. No se va a parecer mucho a ¡Eureka!, esa es la realidad, porque yo en el momento que hice Eureka estaba escuchando algo, en el momento que hice Visceral estaba escuchando otra cosa, y ahora estoy escuchando otra cosa completamente distinta, así que…

 

¿Para cuándo va a estar el próximo disco?

— Para el año que viene seguramente vamos a entrar a estudio.

 

¿Y el proyecto de los artistas?

— Eso lo que estaría bueno hacer es como una Spotify Series, algo de eso, aprovechar justo grabándolo con estos artistas. Ya hablamos con la mayoría, todos dieron el OK, así que ahora vamos a ver como se da, hay que entrar y empezar a ensayar.

 

¿Digo bien si afirmo que cada vez hay menos bandas que mantengan la actitud poética en sus letras? Algo que se ve en la trayectoria de ustedes y en el último disco.

— Me parece que todos de alguna manera estamos formados por influencias, y los artistas más importante de mi vida siempre estuvieron en un contexto determinado. Ahora estoy escuchando otra cosa, pero antes de empezar a componer fueron (el Indio) Solari, Los Redondos, Callejeros y Silvio Rodríguez, y la prosa de ellos tiene mucho que ver con eso, con la idea de poder utilizar siempre medios distintos para decir algo. Me identifiqué mucho con esa idea y me obstino bastante. Me enrosco mucho cuando hago una letra. También hay veces que sé que algunas letras no merecen tanto decoro y uno tiene que decir lo que piensa como sale y demás, pero me parece que el trabajo del artista es poder hacer que las palabras suenen lo más bello posible, y yo estoy detrás de esa idea.

 

O sea que hay una búsqueda en la poesía de las letras

— Sí, y también incluso más allá de eso; lo que está definido como rock barrial tampoco define a Salta. Yo tengo un amor enorme por Gardelitos o Callejeros, y son cosas que no escucho en el día a día pero cuando aparece un disco o los escucho en vivo me vuelvo loco.

 

Las letras del rock barrial siempre fueron distintas a lo que hace Salta, en el sentido del lenguaje

— Sí, obvio. Igual Korneta (Eduardo Suárez, de Gardelitos) siempre me parecio un gran letrista. Sobre todo por el escenario en que el tipo empleaba esas palabras. Me parece que tenía un encanto bastante bueno, tenía cosas muy crudas y estaba muy bien definido por el escenario. Él vivió cosas muy fuertes en su barrio, cosas que vio en la noche y demás, y las contaba de una manera muy precisa y muy cruda y eso estaba buenisimo, pero también a la hora de ser un poeta lo hacía con prestancia, y a mí por eso capaz me encanta. Después todas las otras bandas de rock barrial no las escuché. Me gustó mucho La Covacha en su momento, me parece que el Salva escribía muy lindo., pero después las demás bandas y las más del género stone tampoco escuché ninguna. Entonces es como que no estoy definido por eso, y tampoco Salta La Banca es una banda de rock. Me parece que estamos re lejos de eso. Pero sí es verdad que soy parte de esa generación. Vi a todas pero no las seguía, iba a festivales. Lo que me pasó con Gardelitos, La Covacha y Callejeros fue muy particular y no por participar de ese círculo sino porque me acerqué y me gustó.

 

Si Salta no es rock, ¿qué es entonces para vos?

Para mí es una banda de música. No sé. A mí me gusta la música, y como que no quiero encasillarlo. Yo sé que es una mierda, y yo a veces lo entiendo, sobretodo hay mucha gente que no banca esa postura, pero yo tengo que decir la verdad. A mí me gusta la música. Me gusta y no quiero dejar de hacer algo por formar parte de una esfera determinada. No tengo ganas. Me gusta el rock and roll, me gusta el pop, me gusta la cumbia, me gusta el jazz, el otro día fui a Brasil y me volví loco escuchando música. Me gusta la música, y toda la música me conmueve, así que no descarto que el día de mañana hagamos cualquier cosa, pero seguramente Salta La Banca no va a cambiar su esencia. Seguro nosotros vamos a cambiar la manera de tocarlo, y el audio, y lo que sea, pero la esencia no va a cambiar. Eso me parece que es Salta la Banca.

saltalabanca2Es difícil para mí definir lo que es Salta la Banca pero porque tampoco me gusta definirme a mí. No me gusta, reniego un montón, porque aparte soy un enamorado de los cambios. Soy una persona que está agradecida de todos los días poder hacer algo distinto. No quiero hacer todos los días lo mismo. Imaginate que yo amo esto con toda el alma, ¿de verdad hay alguien que pueda pensar que está bien que yo haga hoy lo mismo que hice hace seis años? ¿Y hacerlo cada diez días? ¿Y siempre igual? Es como cuando alguien viene y reniega de una reversión de una canción: ¿De verdad querés que lo toque todos los fines de semana de mi vida de la misma manera? ¿Y que me desenamore de esto que hice yo, que es mío? Entonces capaz que es por eso también viste… Yo igual entiendo a la gente, ya que se involucra con algo tal como es, se acercan de una manera medio inusitada, y no es algo que ellos lo sientan de la misma manera que uno, a tal punto de que para mí Salta la Banca es un idilio. Es todo, es lo que está al lado mío, y si yo quiero que esté al lado mío toda mi vida necesito por favor hacer que todo el tiempo sea distinto, porque si no me voy a aburrir. La gente hay un montón de cosas que le gustan y le gustan así como están, pero yo no puedo tocarlas toda la vida así como están. No puedo, reniego, no lo voy a hacer. Lo tengo muy claro. Y yo tengo muy en claro que Salta la Banca podría haber generado una fórmula si se hubiera repetido, y con esa fórmula hubiera llegado mucho más lejos de lo que está ahora. Pero no quise y no lo voy a querer hacer nunca, porque para mí la dignidad del trabajo está por sobretodo. Es algo que define una ideología, una política, que es que tiene que ver con la idea de no pararse, de no achancharse, de no abatatarse. Así que yo voy a ir con esa idea hasta la muerte, y si el día de mañana queda sólo una persona viéndonos estaré tranquilo porque sé que lo que quise hacer fue hacer lo más lindo posible.

 

¿Qué opinas sobre la confirmación de las condenas a los músicos por Cromañón?

A mí lo que más me preocupa es que haya un Estado que salga impune de todo esto. Porque esto tenía que servir para sentar un precedente, para que haya un Estado que se responsabilice, que aparezca. Tenían que pagar todos los responsables, o todos los que en ese momento tenían de alguna manera una responsabilidad directa con lo que pasó. Tenían que haber pagado todos porque sino esto lo que hace es que se permitan que se sigan utilizando las mismas prácticas, que siga habiendo un Estado ausente. Eso es lo que hace que después se produzca una Time Warp, un Beara, o que pase lo que pasó en Castelar o en Once. Me parece que tuvimos en la mano el poder de poder hacer que la gente entendiera que el Estado capitalista es un Estado ausente, que en vez de controlarnos la gente tiene que controlar, pero la verdad es que se nos pasó. Y ahora es una lástima que los pibes estén pagando por esto porque, como te digo, eran parte también de un circuito del que éramos parte los que asistíamos, que tenía que ver con la normalización de una práctica que nosotros creíamos que estaba correcta. Y no éramos nosotros los que íbamos a caer en la cuenta de que lo que estábamos haciendo era nocivo. No, si hay un Estado presente no hay una bengala dentro de un lugar cerrado, y si hay un Estado presente no está un lugar como ese habilitado. La verdad que es muy triste. Pero la verdad es también lo que decía Maxi de que ellos tienen ganas de cumplir la condena y salir de una vez por todas y que nadie les pueda decir nada. Un “yo cumplí mi condena y se acabó”. Me imagino que los pibes deben estar detrás de eso, incluso si te das cuenta es como que cesó bastante la lucha también, es como que ya…

Fue muy agotador todo

— Sí, fue muy agotador y me parece que el mensaje de los pibes ya cuando dictaron ahora la sentencia fue muy claro. Onda, basta de volvernos locos, basta de comernos la cabeza. A cumplir condena y basta porque se ve que es evidente que no se puede surtir efecto sobre este estado de las cosas.

 

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